Y finalmente se hizo realidad "Cuando no me de mas el cuero para irme afuera, voy a ir al sur ..." y desde San Martín de los Andes estoy escribiendo este post. El recorrido era llegar a Bariloche en bondi y luego en la misma estación de bondis agarrar un auto e ir a San Martin de los Andes.
El viaje en bondi bien, la Negra venía medio mal de la zapan, se había clavado una gastroenterocolitis entonces había que tener bastante cuidado con lo que comia. Como el servicio de Via Bariloche es a todo culo, estabamos expectantes de la cena caliente. Llega el morfi y me causó gracia el postre ... era compota ... claramente la Negra no estaba para arriesgarse.
Llegamos a la terminal de omnibus de Bariloche y vamos al sector de informes, estabamos un poco confundidos con el método de obtener el auto, porque Hertz, no tiene sucursal ahí y era mas o menos mirar a ver si habia un cartelito que decia Varela o algo. En informes me dicen que muy probablemente, me llamen por altoparlantes ... yo mire como diciendo ... sisi, altoparlantes, acto seguido ... "Por favor, Diego Varela, acercarse a ... Hertz te busca" Inaudito. Estaban los de Hertz ahí! Me dieron el auto y a viajar ...
Nos subimos a un Gol negrito, y arrancamos rumbo a San Martin de los Andes, eran más o menos 4 hs de viaje, no importaba cual de las 3 rutas que optes vayas, son 4 horas, así que fuimos por la de los 7 lagos. No paramos muchas veces, pero pudimos sacar algunas fotitos, e inclusive la Negra estuvo manejando un poco sobre el ripio. Cosa de locos, ¿no?
Llegamos a San Martin y encontramos sin dificultad el hotel, bastante lindo por cierto, llamado El Duende Arbol, que queda en Rivadavia 1145. ¡La habitación tiene un hogar! Desafortunadamente no estamos en temporada, así que no lo pudimos usar, ¡pero ya con verlo me gusta!
Recorrimos un poquito la localidad y es preciosa, chiquita, mucha madera, hermosas fachadas, vista al lago, un puerto chiquito, montañas a rabiar, buena vegetacion, miles de restauranes de parrillas, mucha comida típica, alquiler de equipos de ski y chocolate artesanal. ¡No puedo pedir más!