Sunday, 6 April 2008

Yendo de la cama a la Patagonia

¡Que viva la tecnología! En este momento estoy en el hotel de Villa la Angostura tirado en la cama, escuchando Zero 7 y escribiendo en papel este post. No hay que dejar de volver a las raices. Sospecho que cuando vuelva a contar con una máquina, podré publicar.

La mano viene así, la Negra sigue para atrás, hace 1 día que no come, sigue descompuesta y tiene que moverse a base de agua. Con toda la furia se puede clavar un té y una tostada, pero repito, eso es con toda la furia, lo ideal es que aguante hasta que se le vaya la descompostura y ahí arrancar a comer de nuevo. Es tema es que la descompostura no para, la negra se viene cuidando con las comidas, pero no para. Hace casi 2 semanas que viene así y tampoco le encuentran nada. Así que por el momento habrá que imponer el rigor de la dieta y que se cuide. Los efectos secundarios desde ya no deseados de esto es que está híper débil. Lo único que quiere es dormir y aparte se cansa con suma facilidad, o sea, todo lo contrario a lo que uno aspeira cuando está de vacaciones y más cuando todas las excursiones que se pueden hacer acá.

Luego del status actual, vamos a ver como fueron las cosas desde que llegamos. Habíamos publicado desde que había agarrado el auto en la estación de omnibus de Bariloche.

Nuestro primer destino era San Martín de los Andes. Habíamos armado el viaje al revés por 2 motivos:

1 - Era más barato
2 - Para tomar el bondi de vuelta ya estábamos en la misma ciudad y el riesgo de hacer mierda el auto en el ripio es mucho menor.

En informes de turismo de Bariloche nos mostraron las 3 turas con las cuales podríamos llegar a San Martin de los Andes y optamos por la de los 7 lagos la cual tiene 48 km de ripio. El ripio es letal, te pulveriza los riñones, te fastidia, impide que charles en el auto, incrementa los tiempos de viaje, incrementa el riesgo que hagas mierda el auto y te cansa por todos los costados.

El trayecto de los 7 lagos es muy lindo, hay miradores en donde el paisaje es mas que imponenete, pero como nos habíamos clavado 20hs de micro no estábamos súper entusuasmados con parar en todos lados, aparte, el camino de los 7 lagos lo volvíamos a hacer cuando vayamos desde San Martin de los Andes a Villa la Angostura.

El hostal de San Martín de los Andes era muy lindo, tiramos todo y fuimos a comer. Paramos en un restaurant tano llamado Martina Dúe, en donde sus dueños oriundos de Bologna, Italia, atienden el boliche. Las comparaciones con Amorinda, de Mar de las Pampas, no tardaron en llegar , la principal diferencia es que los de Amorinda son del Sur de Italia y mientras estos eran del norte. Gran diferencia.

Luego de comer opíparamente, dormimos como unos animalitos, teníamos mucho sueño. Al día siguiente empezamos con las excursiones, primero fuimos al puerto en donde sacamos unas fotos y a la mierda, muy lindo el lugar aunque estaba nublado y eso nos impidió disfrutar al mango. Luego de ahí nos fuimos para Chapelco, esperando que los medios de elevación estuvieran abiertos, pero no, estaban todo desolado, caían turístas paracaidistas como nosotros, pero no era gran cosa. Teníamos el dato de un mirador llamado Arrayán, aparentemente una gran vista y aparte mencionaron una casa de té. La vista desde el mirador es increíble, pero la casa de té, no tiene punto de comparación, escondido en el medio de la vegetación y las montañas, aparece una cabañita en donde preparan té locales y aparte preparan unas tortas criminales, yo pedí una porción de torta de manzana y tenía el tamaño de una rueda de tractor. Habían otras tortas así de violentas, pero luego había que manejar, así que preferí mantenerme despierto y no morir con una torta.

Si bien no habíamos arrancado con las comidas típicas onda jabalí o ciervo, ya nos habíamos pegado un par de panzadas para el campeonato. El sabor de las comidas es extremadamente fresco y eso me hace pensar por donde pasarán las cosas antes de llegar a Buenos Aires.