Sunday, 12 October 2008

Paseando por Londres

Es el último fin de semana que estoy en Londres en esta visita y decidí salir a caminar, por lugares que ya conocía, pero no me importaba, era el hecho de salir a caminar. Ayer era un día increíble, sol rajante y ni una nube (foto tomada con el celu de ayer), cosa que no sucede muy a menudo, con lo que el entusiasmo fue por partida doble. Arranqué cerca, primero fui hasta Hammersmith, que son dos estaciones de subte desde donde estoy. La idea era ir para ahí ya que puedo empalmar otra línea de tube que me deja en la crema de Londres, Piccadilly Circus.
De ahí fui en subte hasta una antes de Piccadilly y decidí caminar un poco más. Misteriosamente apareció una librería que no había visto antes que tenía solamente 6 pisos, así que empecé a recorrerla. Cuando llegué al sector de arquitectura me vi muy tentado de llamar a Vale, pero era demasiado temprano como para cortarle el sueño, así que recorrí por mi cuenta y me di cuenta que me gustan mucho los libros, pero que no los leo, ergo, no tenía ni el menor sentido que me compre algo para mí.

Luego de Piccadilly tenía una larga lista de pedidos para mulear a baires, y arrancaba con un Fastfret, que es un limpiador de cuerdas que puede ser de guitarra o bajo. En baires se consiguen pero te rompen el culo, así que me pidieron que lo compre acá. La mala noticia es que acá también me rompieron el culo, así que no sé si hubo demasiado negocio.

Seguí caminando y quería encontrar unos zapatos de golf que me habían encomendado y aparte la bola 8 para la negra. La bola 8 para quienes no conocen que es, es la mejor herramienta de management, uno agita la bola y tiene una ventanita en donde aparecen respuestas random y uno se acata a esa pregunta y listo. Las preguntas tienen que ser booleanas y tarde o temprano la bola tiene razón. Caminando, me metí en una juguetería de otros 5 pisos y fui a la parte de gadgets que es donde suele estar, y la cuestión es que tenían una bola similar, pero ¡no estaba pintada como bola 8! Una locura, es como que uno vaya a comprarse borceguíes y los borcegos sean rosados. Políticamente incorrecto, ¡eso tiene que estar pintado como bola 8!

Desistí hacer la compra y fui hasta el Nike Town para conseguir los zapatos de golf. Malas noticias, están rehaciendo el sector de Golf con lo cual está cerrado. Chauuu. Me metí en varias casas de deporte más, pero las llantas eran de distintas marcas, ¡en ningún lado Nike!

Ya había caminado bastante y paré en un pub O'Neils a regalarme una rica cerveza Heineken tirada. Me he dado cuenta que la Heineken tirada es extremadamente superior a la que viene en botella; cuando yo me juntaba a estudiar con el Líder, siempre comprábamos Heineken y estaba buena, pero hasta ahí, cuando fui a Amsterdam al Heineken Experience y te dan Heineken recién hecha a la temperatura correcta y con todo el fetiche, me encantó, entonces, donde suelo ver la Heineken tirada, pido de esa.

De ahí me fui a Covent Garden, infaltable en el circuito de cosas que ya viste, pero tenés que volver a ver mientras puedas. Había un grone tocando Johnny B Goode en una excelente versión, después llegué a casa y tuve que buscar la versión original de Chuck Berry porque ¡me había quedado con ganas de seguir escuchando más!

Luego fui hasta el Eye of London a ver un poco el Big Ben y la bella vista que hay desde los puentes cercanos. Era un hormiguero de gente, no se podía caminar y como yo tengo el fastidio fácil en esas ocasiones, emprendí el regreso (sin mencionar que ya no me daban las gambas).

Londres es una ciudad que uno puede volver n+1 veces y hacer siempre lo mismo que siempre te va a gustar como la primera vez. Tiene ese poder de sorprender sea la vez nro que sea que estás ahí.

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