Si bien no estoy en Córdoba escuchando la Mona y tomando Fernet para escribir este post, estoy en el deptito de Clifton, en Bristol, UK escuchando música griega de un cd que compró la Negra en Atenas.
Esta semana en horario laboral, tomé más cerveza siguiendo la corriente de estos tipos que en un sábado a la noche cuando tenía 18 años y vivía de jarana.
Esta semana, el jueves, empezaron a hinchar las pelotas con que quería “El changuito de la birra”, que tenía que pasar por la oficina, ofreciendo cerveza a todos los laburantes de ahí. De tanto romper las bolas, uno de los dueños, cachó una silla con rueditas y abrió la segunda heladera que hay (que está solamente dedicada a la cerveza y a la sidra), munió la silla de cervezas y empezó la repartija.
Un par de horas mas tarde, el mismo tipo dice, bueno, vamos a hacer la reunión de Seniors (donde supuestamente temas core son discutidos ahí en pos de mejorar la empresa) y el flaco dice luego de eso, vamos a tenerla en el pub. Fuimos todos al pub y de nuevo nos tomamos una pinta de cervecita.
Viernes. Ultimo día del flaco este que tiene más despedidas que Los Ramones. Vamos obviamente al pub para el último almuerzo y no hubo una ronda de cervezas, tampoco dos, sino tres. Es decir, gente que al mediodía se tomó 3 pintas de cerveza (no fue mi caso, ¡yo solamente tomé una y media!). Para los que no están familiarizados con los tamaños, una pinta son 586 ml, o sea, es un toque más de medio litro, ergo, haciendo números frios, litro y medio de birra así porque sí. Sin mencionar que en el pub estuvimos alrededor de 2 hs.
Volvimos a la oficina, y los ingleses son como muy melosos con las despedidas y por lo general arman una tarjeta enorme en donde le dicen que lo van a extrañar un montón, que tenga suerte en sus nuevos emprendimientos y que ha sido un placer haber laburado con el. Yo creo que me voy a poner una fábrica de sellos que digan esas boludeces. Me lleno de guita. Aparte, si el empleado que se va es medianamente querido, se le hace un regalo. Cuando se produce toda esa ceremonia de entrega de entrega de tarjeta, regalo y de un speech del que se va, volvieron con el carrito de la birra y repartieron más.
Había pibes que desde las 2 de la tarde hasta las 5 se habían clavado 2 litros de cerveza, sin mencionar que era viernes y que seguramente a la noche salían de gira y ahí la cantidad de pintas es incalculable.
Mi lema de un 2007 sin panza, está quedando al lado del proyecto de María Julia y su limpieza del riachuelo.
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