Un sábado cualquiera como el de ayer salimos a caminar con la Negra, en busca de un boliche de comida Turca, basicamente en busca de unos Chicken Kebabs, de los cuales la Negra se hizo adicta. No se porqué, en vez de ir al boliche que esta a medio metro de nuestra casa, decidimos ir a otro que queda como a 10 cuadras, pero como era sábado, estaba lindo para caminar, aunque viene lloviendo hace 20 días literalmente.
Llegamos al otro boliche y estaba cerrado, no nos cayo demasiado bien, pero era lo que había, así que medio bufando, nos fuimos caminando hacia el otro boliche. Misteriosamente cambiamos el recorrido, y en una de esas nos topamos con una vinería. Las vinerias acá son mosntruosamente grandes y aparte de vender vino, venden todo tipo de bebidas y tambien cervezas, tienen una cantidad industrial de distintas cervezas de todos lados. Cuando veníamos caminando por la vereda, vemos un cartel que dice algo así como "Muchas cervezas Belgas". De manera casi instantánea ya estaba adentro. Para mi gran sorpresa, veo que los tipos vendían un montón de vasos de cervezas, los cuales, sinceramente me encatan, así que estuve un ratito viendo en la vidriera eso. Giro la cabeza y me topo con una etiqueta que ya conocía y no de este país, en la vidriera también tenían una botella de Quilmes. Es realmente emotivo encontrarse con esas cosas, no sólo porque aca no se ven, sino porque a uno le agarra un cierto orgullo de ver esas cosas acá. Desde ya que no compramos Quilmes, porque desafortunadamente, con los años, se ha convertido en una cerveza del montón y convengamos que acá tienen cervezas que son jodidamente ricas y difícil de superar. A todo esto, yo estaba vistiendo mi camiseta de Boca, la cual fue utilizada en el 2000 y tiene la propaganda de Quilmes. Entramos al boliche, y un flaco que atendía me dice: "Nosotros vendemos esa cerveza" haciendo alusión a la Quilmes, y me muestra una Quilmes sacada de la heladera bien helada. Fue grande la tentación pero lo pude resistir. El problema fue, cuando miramos para las góndolas que había e hicimos contacto visual con nuestro querido Fernet Branca. Fue amor a privera vista, instantáneamente le pedimos al tipo que nos proporcione una botellita la cual tengo reposando amenamente en mi cocina.
Vivir afuera tiene sus cosas, hay cosas que son increiblemente buenas en este país, como el nivel de vida, la posibilidad de acceder a cualquier cosa, que haya seguridad, que esté todo cuidado, que sea limpio, que los trenes sean medianamente puntuales, que tengas la posibilidad de ver castillos en cualquier momento y puedo segui dando una lista por meses, aunque uno tenga todas esas cosas maravillosas, uno sigue teniendo raices, y cuando aún estando lejos puede acercarse a cosas de sus raices, realmente se hace todo mucho más fácil
¡La argentinidad al palo!
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