Recuerdo cuando estaba viviendo en Inglaterra y estaba junto a Pablo, cuando un día me mencionó que había una casa de comidas que hacía algo bastante parecido al pollo asado. En ese momento vivíamos en Camberley y el más cercano era en Reading, a unos 20 minutos en tren. Decidimos ir, independientemente que nos perdimos y caminamos como 2 horas de más, llegamos al lugar indicado. La metodología es así, vos entrás y te asignan una mesa, luego vas alegremente a la caja y pedís lo que querés, obviamente en todos los platos hay pollo, es lo único que hacen, pero lo bueno está en que los tipos tienen 4 niveles de picante, y te preguntan que nivel querés cuando hacés el pedido. Los niveles son, Hierbas y Limón, Mediano, Picante, Recontra Picante. Para que se den una idea, yo pido mediano, y salgo con los labios como la mulatona.
Cuando es la primera vez que vas, se puede dar el siguiente diálogo
Cliente - Hola, quiero medio pollo con fritas y choclo
Nandos - Ok, que nivel de picante querés?
C - Ni idea, ¿cuales hay?
N - Para novato, va queriendo, vikingo, te derretimos la tráquea.
C - Qué interesante, vamos con un Para Novato para empezar
N - Pfff, sabía que no te la bancabas ...
Los argentinos nos estamos ni por casualidad al picante, los tipos estos, realmente comen picante, el nivel medio de picante es tremendo, he visto que se le caían lágrimas de los ojos por el picante, o bien transpirar de formas inusitadas. Sin embargo, uno después sigue yendo y se le va acostumrbando el paladar.
Me acuerdo que cuando recién llegamos a Bristol, a la Negra yo la había enfermado con Nandos, y que Nandos estos, que es picante, que es rico, y que Nandos lo otro, así que a las dos semanas de estar acá, la llevé a Nandos. Casi se muere. Pedimos picante medio y se le había anestesiado la boca, estuvo muy cerca de realmente no disfrutar absolutamente nada. El domingo pasado, luego que Dean se fue de casa, le propuse de nuevo ir para Nados, fuimos, pedimos picante medio y esta vez era como comer Sugus de manzana. No pasaba nada, ya estamos acostumbrados al picante. Cuando volvamos a baires, todo nos va a resultar desabrido.
Igualmente, quedensé tranquilos muchachos, que al asado, no lo reemplaza nada.
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