Sunday, 27 January 2008

Hitchhiker

Que vago que estoy para escribir, pero no voy a perder la costumbre, todavía me queda un día del viaje a Salta y a pesar que fue solamente hace un mes. El viaje de vuelta desde Cafayate hasta Salta capital para pasar año nuevo tuvo muchos condimientos.

Cachamos el auto y a los pocos metros vemos una pareja haciendo dedo y decidimos levantarlos, una pareja oriunda de Córdoba, unos chicos súper bohemios que estaban viajando a dedo por todo el norte hasta llegar a Bolivia. Iban sin un rumbo fijo y más que nada a dónde los lleven sería finalmente su destino. Afortunadamente, nosotros queríamos hacer el camino sospechosamente similar a ellos así que pudimos compartir todas las formaciones rocosas que hay en el camino.

El conserje del hotel nos había tirado 300 nombres de las formaciones rocosas, que obviamente me fue imposible memorizar, parecía que me estaba tirando el equipo del Borusia Dortmund del 77, pero afortunadamente, las cosas están señalizadas y más fortuna aún, había un tour que estaba unos 25 minutos adelantados a nosotros, entonces cuando veíamos esa Defender, nosotros parábamos y seguíamos al tour o veíamos de donde venían.

De las formaciones rocosas, la más recomendable es sin lugar a dudas el Anfiteatro. Es un lugar circular con unas paredes muy altas en donde una banda toca folklore. La acústica es genial, me tiré en las piedras y me puse a disfrutar de la música y de la paz que impone ese lugar. No hay spa que pueda relajarme como lo hizo la naturaleza ese día.

Otras formaciones como La Garganta del Diablo y los Castillos hacen que uno se sienta estúpidamente diminuto, lo colores y el tamaño de las rocas son imponentes, por otro lado hay como un silencio el cual nadie quiere romper que hace que aún el paisaje sea más lindo.

El trayecto desde Alemanía a Cafayate es increíblemente lindo por los colores, formaciones rocosas y por la variedad que propone la naturaleza, es un camino que en algún momento lo tienen que hacer, no olviden de llevar agua y protector solar con ustedes ya que el sol es proporcionalmente despiadado como la naturaleza hace belleza con los paisajes.

Saturday, 12 January 2008

Ruta hacia la vendimia

Yo estaba emputecido con que quería ir a Cafayate, quería ver las bodegas y recorrerlas, por otro lado sabía que iba a poder hacer un poco de degustación y comprar vinos que no se consiguen en cualquier lado. No estaba equivocado.

El viaje al principio fue medio tortuoso, accidentalmente nos fuimos para el norte cuando debíamos ir para el sur, lo cual nos retrasó una horita en nuestro recorrido, pero luego, yendo por adentro de Salta capital, encontramos la salida para la ruta de Cafayate. En los primero kilómetros, tuvimos que sortear partes que estaban inundadas, la noche anterior tuvo grandes lluvias y se ve que el sistema pluvial no es como el inglés que está preparado para lluvias todos los días. A la Negrai no le causaba mucha gracia la ruta, ya que había que ir frenando, pasando por lugares con mucha agua y también pozos, pero luego, cuando empezó el camino montañoso, cambió dramaticamente no sólo el paisaje sino también en el estado de la ruta.

Las montañas eran impresionantes, un colorido difícil de explicar, la paz que se vivía ahí también impensada y un calor agobiante. Si bien el recorrido es muy montañoso, no era tan extremo como en otros lugares, aunque tampoco se podía ir más de 80km/h porque te la ponés seguro.

Llegamos a Cafayate y nos fuimos directo a comer, lógico, si después íbamos a degustar vinos, había que ir con la panza llena. Hicimos un tentenpie rápido y partimos hacia la bodega Vasija Secreta, de la cual ya habíamos probado un tintillo y nos había sorprendido de lo bueno que era. Desafortunadamente solamente la parte del museo estaba abierta, pero igualmente una persona que trabajaba ahí nos dio una explicación excelente del proceso de elaboración de los vinos. Hubo datos que me sorprendieron (lo cual muestra mi ignorancia vitivinícola) y es que Cafayate por su clima favorece el cultivo de la uva blanca, con lo cual los vinos blancos (en especial los torrontes) suelen ser especialidad, al contrario de la zona de cuyo, la cual se especializa en tintos. Irónicamente fui a esa bodega porque el tinto que tomé me encantó.

Luego del museo, degustación, probamos un blanquito, rosado y tinto absolutamente delicioso y como no podía ser de otra forma, compramos algunos tubos para deleitarnos en Buenos Aires.

Cafayate en sí como ciudad, no me llamó demasiado la atención, a pesar que pasé muy furtivamente, pero en el caso que uno sea amante de los vinos, debe ir a recorrer las bodegas, se aprende mucho, se disfruta y se va aprendiendo sobre su elaboración.

Monday, 7 January 2008

Fiesta de la Quebrada

Afortunadamente no vamos a hablar de gente con fracturas, sino de la Quebrada de Humahuaca. Haciendo este viaje me di cuenta que en realidad hay 400 Quebradas por kilómetro, con lo cual voy a hacer mi priopia definición de Quebrada: Una Quebrada es un sector montañoso. Punto.

Era el segundo día del viajecito y cachamos el Corsa que nos habíamos alquilados y partimos para Jujuy, agarramos la súper ruta 34 que sale de Salta hasta San Salvador de Jujuy y siguiendo carteles, nos fuimos acercando. El sol nos dio malísimamente mal todo el trayecto, pero ya sabíamos cómo venía la mano. En un viaje corto, se puede hacer los 3 puntos: Purmamarca, Tilcara y Humahuaca, quedás molido de manejar, pero se llega a ver todo.

Luego de más de algunas horitas de manejo y un paisaje escandalosamente bueno, divisamos el cerro de los 7 colores en el cual se apoya el poblado de Purmamarca. El cerro es una cosa de no creer, tiene una belleza jodidamente difícil de describir, ya que en el medio de unas montañitas aparece un cerro con un colorido digno de una obra de Miguel Angel. Purmamarca, a su vez, tiene como una mini montañita a la cual se puede subir caminando en donde te sirve como punto panorámico del cerro de los 7 colores. Todos los turístas se agolpan ahí con intenciones de relajarse y sacar algunas fotos. Es imposible no tomarse fotografías con tremendo fondo. Purmamarca en sí, tiene una placita en la cual artesanos se juntan con intenciones de vender cualquier cosa a los turístas curiosos que pasan atentos observando las obras.

Purmamarca es súper chiquito, no obstante, pudimos comer muy bien, de altísima calidad la comida y tambien disfrutar de una buena ambientación de un restaurant. El restaurant tiene un patio en donde tenía muchos cáctus de diferentes tamaños y de coloridas macetas haciendo una ambientación 100% norteña.

El poblado está construido en adobe ya que ese tipo de material hace que las casas sean recontra frescas aún con las crueles temperaturas que hay en la zona, las calles de tierra y los techos de barro logran que el color predominante sea el "arcilla". Es buenísimo, uno se mete en un negocio y la temperatura baja unos 15 grados, el adobe logra lo que ningún aire acondicionado puede.

Con el estómago lleno y el corazón contento, seguimos rumbo hacia Tilcara, en donde no teníamos mucha idea de lo que nos íbamos a encontrar. Luego de un breve trecho, llegamos y nos enfilamos directamente para el Pukará. El Pukará es una especie de ruina reconstruida de una villa aborigen en donde está perfectamente representado cómo era la vida en ese entonces, hay varias casas dispuestas sobre una gran loma de la cual se puede ver todo Tilcara con facilidady genera un paisaje muy propio, la mezcla entre construcciones de rocas de distintos colores con los cáctus de gran tamaño hacen que una foto en cualquier dirección de esas ruinas sea inmediatamente reconocida como el Pukará de Tilcara. Tilcara por otro lado, tenía un sabor muy personal, porque sabía que había tocado Divididos ahí y quería ver, la verdad, si los tipos tuvieron que aguantar esa temperatura y aparte, la falta de aire (está como a 2500 metros sobre el nivel del mar) y siguieron siendo la aplanadora, son unos grosos.

Luego de la visita al Pukará seguimos con el auto hasta Humahuaca (2900 metros sobre el nivel del mar). La verdad, que después de haber visto Purmamarca y Tilcara, no quedan demasiadas cosas para hacer. Hay una cruel escalinata que ni intenté subir de la cual seguramente en su cima se veía lindo paisaje. La falta de aire y el calor, resta un montón.

Es verdad que también nosotros llegamos en plena hora de la siesta a Humahuaca, así que no podíamos pretender mucho más, pero agotados y extasiados de ver los 3 lugares, decidimos emprender la vuelta. Al día siguiente nos esperaba otro gran trayecto y veníamos con una falta de sueño.

Cenamos tranquilos frente al hotel, y al sobre, a descansar para el día siguiente ir por los viñedos.

Thursday, 3 January 2008

Así es el calor

¡Feliz 2008! ... por Dios, qué patético empezar un post así ... pero bueno, misteriosamente, este post está relacionado con la llegada del nuevo año, así que no lo veo tan mal como inicio.

Ya venía barajando la posibilidad de hacer un viajecito para el finde de año nuevo, empalmar el 31 que venía casi libre para todos y volver el 1ro. La decisión se tomó en el último segundo cuando a la Negra le confirmaron que finalmente para el 31 tenía asueto, entonces, ¡luz verde para bookear!

Esto era el viernes a eso del mediodía, había que armar un viaje de la nada, para 4 días, de un día para el otro. Hermoso desafío, me dije. No tenía muchas chances entonces caí en Globers, la agencia de viajes de Globant en donde por suerte tuve la posibilidad de armar las cosas a la medida que yo quería. El tema viáticos estaba complicado, no sobraban los pasajes así que como en Salta ya no tenía disponibilidad, que sea Jujuy entonces. Bookeamos hotel y auto desde el aeropuerto. Un dato no menor, el hotel estaba en Salta capital, así que era llegar en avión, y a manejar.

Nos tomamos el avión desde Aeroparque, y luego de dos horitas, llegamos a Jujuy, nos bajamos del avión y casi nos derretimos del calor que hacía. En ese momento nos cayó la ficha de la decisión que habíamos tomado: Ir al Norte en pleno calor. El auto por supuesto, tenía aire acondicionado, el cual jamás se apagó en los 3 días que estuvimos viajando. La ruta a Salta era relativamente buena, yo recuerdo cuando había ido a Salta cuando era muy pendejo y las rutas estaban con cráteres, sin señalización y se veían altamente peligrosas.

Hicimos unos 120 kilómetros y llegamos a Salta capital, encontramos el hotel con suma facilidad (luego de haber comprado un mapa, desde ya), dejamos el auto, y ¡a caminar por Salta! El calor que hacía era abrumador, aparte, por la calle, se veía que no había mucha gente, o Salta se había convertido en un pueblo fantasma o estaban todos guardados durmiendo la siesta. Uno siempre escucha que en el norte se duerme la siesta, pero no es conciente de qué es que en el norte duerman la siesta hasta que uno lo ve. Salta de 15 hs a 19 hs está vacío. Pero nadie, los comercios cerrados y no encontrás ni un bar abierto. A partir de las 19:30 es un montón de gente pululando por la calle con los pubs explotando y con los negocios abarrotados de turístas tratando de comprar algo.

Estábamos hambrientos y nos aconsejamos con el conserje del hotel en donde cenar, nos recomendó un restaurant típico de Salta, así que nos dispusimos a caminar hasta el lugar y nos metimos. Los tipos todos vestidos de gauchos, una ambientación muy folklórica y un calor de la recontra hostia. A pesar que la temporada no estaba a pleno, se veía dentro del restaurant una gran cantidad de turístas de distintas nacionalidades, cosas que hoy en día no sólo es común de ver en el norte argentino, sino, en toda Argentina. Arrancamos el menú con una empanadita de carne, absolutamente deliciosa, luego la seguimos con una humita y un tamal, dos comidas muy ricas que tienen 2 trillones de calorías cada una. Para rematarlo, un cabrito al escabeche que también estaba excelente. Acompañamos con un vino oriundo de Cafayate, llamado Vasija Secreta, un vino el cual no conocía, pero terminó siendo exquisito.

Esa misma noche, fuimos a una zona que está muy cerca de la estación de tren de donde "El tren de las nubes" sale, que está plagado de restaurantes, pubs y peñas folklóricas. Hay muy buena oferta para lo que es la noche, pudimos ir a un pub a tomar un champagne de manera muy placentera. Es buenísimo, porque mientras estás tomando algo en la calle, se acercan tipos que te venden sobres de hojas de coca, pero te lo ofrecen como si te ofrecieran almanaque 2008 con la cara de San Cayetano. En un momento le preguntamos al de recepción del hotel, qué onda con la hoja de coca, y nos dijo que era muy común, que todo el mundo la masca, y que la masca de onda.

El primer día en Salta fue bastante intenso y con mucho calor, aunque sabíamos que nos esperaban 2 días más a pleno de manejo con el auto y con muchísimo paisaje por ver.