Uno en la vida toma malas decisiones y en base a las malas decisiones uno debería aprender de ellas. Ir a la pileta un miércoles es claramente una mala decisión.
Llego repleto de ilusiones a la sede Megatlón y voy directo al vestuario para ponerme mi humilde mallita para ir al natatorio. Llego, tanteo la cantidad de gente que había en vestuario, lo cual me da una gran idea de cómo va a ser después el caudal de gente en pileta y noto que había unas 4 personas, “está vacío, pensé”, paso un segundo por el sanitario, desde el cual pierdo visión completa del vestuario, vuelvo y había alrededor de 15 personas todas apiñadas tratando de cambiarse, más alrededor de 8 que estaban en las duchas. Un contingente de no se qué había finalizado no se que actividad y estaban alegremente congregados en el vestuario.
Bufando cambio mis ropas, me doy la ducha reglamentaria, me acerco al natatorio y el muchacho que se encarga de recibir los carnets, Gabriel, me informa que solamente el andarivel 3 está libre. Voy caminando y no había casi lugar para colgar la toalla, y tampoco sobraba el lugar en el andarivel, éramos alrededor de 9 personas.
Por otro lado, en los otros andariveles estaban nadando con manoplas, patas de rana y ciertos adminículos de los cuales desconozco hasta el nombre, lo que producía nuevamente un oleaje brutal. Moraleja, no voy ni en pedo un miércoles de nuevo, porque encima, debería haberme quedado descansando el cuerpo ya que al no estar 100% acostumbrado a nadar, más lo de nadar en el oleaje, hace que me canse más, cosa que no quiero.
Así que he definido el fixture de la siguiente manera, martes, jueves y hablamos de un sábado y domingo, lo cual puede variar, pero en principio está muy bueno el finde porque no hay nadie y es más tranquilo.
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