Para mucha gente, organizar un viaje es tan simple como un chasquido de los dedos. Vos podés ser afortunado y pertenecer a un país en donde todo está reglado, podés tener un trabajo decente, trabajar unos meses y hacer un poco de plata para poder armarte un viajecito por un mes de largo. En Argentina, las cosas no son tan así, ahorrar plata ya es algo milagroso y ni hablar ahorrar para un viaje de un mes. He sido bastante afortunado en esta vida, porque he viajado tanto casi como lo desié, pero para hacerlo, fue un gran sacrificio.
Haber trabajado un año en Inglaterra hizo que en esos tiempos podía de un día para el otro armar un viaje de fin de semana a Amsterdam o Brujas o cualquier lado cercano de Londres. Hay que imaginarse que yendo desde Argentina, son como 14.000 km el viajecito, nada fácil para hacer en un fin de semana.
El año pasado (2006) he abusado de mi capacidad física trabajando más de la cuenta, en comparación como lo venía haciendo, decidí entonces que merecía otro viaje, pero como estaba medio complicado con el tema billete, decidí sacar préstamo personal, de esos tan bonitos que te ponen en la tele el 5/5, que parecen las señas que se hacen los tacheros de radio taxi cuando está todo bien. Me van a cagar. Lo sé. Pero es importante para mi poder hacer el viaje. Es de la única forma que me desenchufo.
Así que veremos si el tema del préstamo se agita para poder empezar la emocionante parte de planificarlo.
Thursday, 18 January 2007
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