Sunday, 25 February 2007

Tandil, la ciudad de la picada

Un viajecito a mitad de semana aunque sea por trabajo y para hacer muchas cosas productivas siempre es bienvenido. En esta ocasión resultó ser Tandil la ciudad destino para pasar dos noches y trabajar un poco. Con mi compañero Gonzalo nos calzamos el bolso y salimos un miércoles de la oficina para Retiro en donde un cómo micro coche-cama nos iba a trasladar hacia Tandil.

El micro venía casi vacío, un micro enorme de dos pisos casi para nosotros nomás. Nos acomodamos en piso de arriba, a unos 3 asientos de distancia del vidrio frontal del micro y empezó el viaje. Lo que voy a contar ahora puede ser un poco chocante, ¡pero es algo que realmente pasó! Ya entrada en la noche, venía muy tranquilo el viaje, y en una de esas pasamos por un peaje con lo cual vemos que el vidrio de adelante se ilumina con las luces de ese peaje, acto seguido, el vidrio de adelante refleja la imagen del primer asiento y no tengo mejor imagen que la de un adolescente masturbándose en forma virulenta. Un poco confundido, sin saber si agarrar calzones de lata, no respirar o realmente cerciorarme que mis ojos no me traicionaban eché un segundo vistazo, mientras la luz seguía dando al vidrio de adelante y seguía el efecto reflejo/espejo. Confirmado: Se siguen viendo los genitales de este muchachito siendo agitadas como si fuera la última vez. No pude resistir al espectáculo así que me escondí a los dos segundos atrás del asiento de adelante para evitar salpicaduras.

Luego de ese micro con “actividades manuales”, llegamos a Tandil, hacemos el check in en el Hotel Plaza y salimos a buscar algún lugar para comer, a todo esto ya era bastante tarde, pero hicimos el intento. Nos metimos en una pizzería y Gonzalo inmediatamente ordenó su pizza y yo fui con algo más tranquilo, una milanesa con puré. Llega la pizza de Gonzalo a los 10 minutos y yo de araca esperando. Pasa media hora, Gonzalo ya se había liquidado la pizza y seguía esperando por mi milanga. En un tiro le decimos al mozo, “oiga maestro, ¿se acuerda que nos debe una mila con puré?” … “Ah, si, si, ya … a ver, porque la cocina … ya vengo”. Unos communication skills descomunales demostrados en una sola frase. Cae de nuevo el muñeco y nos dice “ehh la cocina, se confundieron, pero yo le pedí y se ve que, la pizza salió antes, pero yo lo pedí … apagaron todo y no lo hicieron … pero tengo sanguchitos de torgelón y queso de máquina, te lo traigo …”. No maestro, le decimos, traenos la cuenta, es tarde ya, ya fue. A los 3 minutos cae una mila napolitana sacada de un microondas con aspecto a muy muerto y me dice. Sin cargo jefe, perdón.

El jueves a la noche, los chicos de la ofi, hicieron causa común con nosotros y nos sacaron a pasear. El fixture: Se juntaban en la casa de uno de los pibes a jugar al póker. Pero póker así onda el de ESPN en donde hay cartas descubiertas. Nos explicaron brevemente en qué consistía y pelaron un maletín como si estuvieran calzando una ametralladora adentro y sacaron fichas para jugar al póker. ¡Eran geniales! Tenían toda la onda, eran pesadas, coloridas, ¡súper profesionales! (tenían una valija muy similar a la de la foto). Yo no jugué, no me cabe mucho jugar apostando, pero realmente me divertí. ¡Había momentos en que se sacaban los ojos por las fichas! Gonzalo que si jugó, perdió rapidamente y nos retiramos del juego, casi a las 2 de la mañana. ¡Había que descansar para el día siguiente!

Esta es mi segunda vez en Tandil y la verdad que la pasé 10 puntos. La gente macanudísima y la mejor onda. Nos trataron como reyes y nos dieron la mejor cabida que alguien puede dar a invitados.

¡Espero poder ir en otra oportunidad!

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