Es casi inevitable que cuando uno dice que va de vacaciones a Paraty, no le hagan el chiste de si ya fue a la isla de Caras o al santuario de Susana de la revista Gente. No obstante y siguiendo consejos de personas que ya habían visitado el lugar, nos aventuramos a llegar a este paraje. El traslado entre Ilha Grande y Paraty no lo teníamos incluido así que, había que empezar a preguntar cómo llegar de un lugar al otro. Hablamos nuevamente con Pablo, quien nos dijo que si él nos proveía el traslado nos tenía que romper el orto ya que tenía que poner un auto para nosotros solos, pero que nos iba a explicar cómo llegar por medios de trasporte locales. Nos teníamos que tomar nuevamente la barcaza de la muerte que nos llevaría para Angra dos Reis y que luego, al toque del muelle, había un bondi de línea que iba directo para Paraty. Llegamos a la zona de los bondis y había 300 paradas de colectivos y un mundo de gente, con lo cual encontrar donde ir fue un poco más costoso; luego de preguntar llegamos a la parada del bondi.
El bondi era un bondi de línea común y el trayecto era de 1:50 hs, es casi como tomarse el 15 en Carrefour San Lorenzo y bajarse en Unicenter, la única diferencia es que había algo así como 100 km de distancia. Por suerte el bondi tenía lugar para poner las valijas, así que si bien los asientos eran durísimos, no viajamos apiñados con el equipaje. A los 10 minutos del recorrido, nos dimos cuenta que era recontra lechero, bah, en realidad no lechero, sino que tenía paradas muy regulares y que aparte, gente que subía y bajaba en todas ellas.
Paraty tiene un casco colonial bastante antiguo, más o menos de fines del siglo XVIII cuyas calles me hacen acordar a las de Colonia – Uruguay, un empedrado sumamente rústico y desnivelado que hace que el tránsito sea bastante complejo. En todo el casco histórico, el acceso de autos está prohibido, con lo cual, el taxi que nos tomamos desde la terminal de ómnibus hasta la posada no iba a tener destino exacto, sino cercano, ya que, lógicamente, la posada está en el medio del casco histórico. El tachero hijo de puta, nos dejó lo más lejos posible y tuvimos que changar las valijas casi a mano ya que el empedrado poco piadoso hacía muy trunco el andar de las rueditas de las valijas. Hacía un poco de calor y estábamos cansados del viaje en barcaza de la muerte + bondi, así que deseábamos llegar a la posada. Finalmente llegamos.
La Luna de Miel tuvo un antes y un después de pisar esta posada (en la cual ahora me encuentro escribiendo). Cuando llegás, gentilmente te dicen que te saques los zapatos/zapatillas lo que sea que estás usando y que ellos te proveen de un par de olhotas caseras que van a permitir tu andar dentro del hotel. Las opciones eran, las ojotas caseras de mimbre o descalzo. ¡Ni lo pensé! Descalzo será. Entramos a la posada y tiene una gran galería en donde se pueden identificar distintas ambientaciones y decoraciones, un lugar ultra escenográfico con mucho olor a incienso, pero bien, sin saturar, velas y adornos de todo tipo. Cada sector podías mirarlo 25 minutos y encontrar cada vez más detalles, cada adorno estaba puesto con exactitud, en el lugar indicado y uno sentía que mover algo 10 cm era arruinar la decoración. Llegamos a la pieza, que obviamente seguía con la misma fisonomía, la pieza muy decorada, con varios cuadros, unas toallas que daban ganas de darle besos y dos batas. Había más incienso en las habitaciones, pero nada invasivo, solamente para evitar que uno entre y tenga ese olor a pata característico. La habitación es chiquita, pero tiene un balconcito que tiene vista al mar y a los morros que no tiene puntaje, en el balconcito, tiene una hamaca paraguaya que es exactamente donde estoy en este momento tipeando. Esta posada trasmite una paz infernal y la decoración de cada rincón hace que uno se sienta muy a gusto en ella y que inclusive tengas ganas de estar ahí.
Luego de beber una caipirinha que nos dieron de bienvenida, nos dispusimos a caminar por el casco histórico. Las calles son complicadas de transitar, hay que tener mucho cuidado con las piedras ya que en un momento de distracción, te podés llevar un esguince de regalo y honestamente, no lo veo como muy copado. El casco es muy pintoresco, tiene muchos colores vivos en las puertas, aunque predominan el blanco, azul y amarillo. Hay faroles muy antiguos colgando de los tejados que hacen juego con los balcones del tipo francés que predomina en las casas. Al caminar nos dimos cuenta que Paraty era una ciudad muy bohemia, está repleto de atelieres de distintos artistas y que no solamente la posada estaba decorada, sino cada local de venta también tenía mucho trabajo en decoración. Por otro lado, había varios locales en donde se vendían fundas de almohadones, cubre sillones, cubre camas, y todo tipo de adorno que uno pueda necesitar en su casa.
Paraty es un lugar en donde llegás y te agarra desesperación por sacar fotos y tratar de capturar esa magia que te trasmite en cada centímetro del lugar, ese momento eléctrico me lo produjeron pocos lugares y está bueno seguir viajando y que siga pasando. Sin lugar a dudas, es un lugar para Luna de Miel en el cual uno puede descansar, estar a gusto con lo que ve, recorrer, comer y hacer excursiones de todo tipo.
Uno de los paseos que se puede hacer en Ilha Grande es la media vuelta a la isla, las agencias de turismo te muestran fotos para cebarte y hacerte decidir por hacerla, pero no conforme con eso, nosotros recibimos un discurso de venta que fue de lo mejor que escuché desde que estoy en Brasil. Este pibe Pablo nos dice "Está bueno, porque la lancha para en un lugar en donde hay un helicóptero hundido, en donde viajaban 7 personas y nunca se encontraron los cuerpos. Nosotros siempre tenemos la esperanza que en las excursiones encontremos alguno". La excursión requiere que haya un mínimo de suscriptos y el medio de locomoción es un botecito pequeño pero de buena velocidad que te changa hasta ciertos puntos clave de la isla. Nosotros teníamos pagada la excursión Lagoa Azul, lugar que estaba incluido en este trayecto, pero agregando unos reales más, teníamos la Media Vuelta, así que como la mañana increíblemente estaba linda, decidimos embarcarnos. En la lanchita aparte de nosotros, venían dos gallegas y una pareja brazuca, el flaco era un gorilón infernal, un oso, gigante mal, ¡pobre espalda de la flaca!
El trayecto arrancó sin atenuantes, primero para salir de la bahía de Abraaxo fue tranquilito, después cuando vio que el mar estaba calmado, el flaco quita a fondo y a los pedos. Ya no me gustaba tanto el viajecito porque rebotaba como zapallo en carro y veía que las cosas pasaban a buena velocidad. Fuera de eso, llegamos a nuestro primer destino que fue Lagoa Verde en donde pudimos hacer snorkeling con un equipo que nos habían prestado en la agencia. No va a ser un antes y un después en mi vida el snorkeling ese, pero estaba lindo, el lugar tenía muchos peces y se podía nadar alrededor de ellos. A partir del mediodía, como no podía ser de otra forma, se empezó a nublar mal, y ya el calorcito que daba el sol matinal iba paulatinamente desapareciendo, entonces, cuando la lanchita salpicaba, ya dejaba de gustarte porque te daba frío en vez de refrescarte. Tal fue así que en el momento en que pasábamos por la zona del helicóptero hundido ni paramos porque nadie se iba a tirar al agua a verlo.
Fuimos para Lagoa Azul, en donde repetimos sistema, hicimos snorkeling y nadamos un poco. Cuando Gorilón se tiraba al agua decía "Esta Geeelaaaadaaaa" y yo pensaba, si ese tipo que fácil debe tener una piel de 5 cm de grosor, más otros 10 cm de pelos siente frío, yo que si bien estoy gordito, cuando me tire hago la gran Walt Disney y me quedo ahí. Junté valor y tomé una bravía decisión, me arrojé al vacío cayendo en el agua. Efectivamente, estaba helada, pero nadando un poco ya te acostumbrabas. Luego de la Lagoa Verde fuimos a almorzar a un restaurant que estaba en el medio de la playa, en donde comimos rabas y fritas, bien livianito, para seguir con el día.
Los brasileros tienen un problema con el frito, cada cosa que uno pide frito, pareciera que está freído con Bardhal o con algo así porque cae ultra pesado, el hígado se quiere ir corriendo después de unas cosas fritas. Acá es todo frito y todo lo que pedís inexorablemente viene con papas fritas y arroz. Luego de comer, caminamos un poco por la playa y emprendimos el regreso. Todo indicaba que el regreso iba a ser igual que la ida, pero no, el clima había cambiado y había un oleaje infernal y ya la lanchita dejaba de ser divertida para ser el Titanic. Agarraba las olas y golpeaba el casco contra el mar, salpicando un montón y ya estando sin rastros del sol, hacía un frío importante. Las gallegas que venían en el fondo de la lancha estaban completamente empapadas y con piel de pollo a más no poder. El oleaje se ponía cada vez peor y hubo que re estibar la lancha para que los golpes que daba el casco contra el mar no produzcan roturas, porque ahí sí, estábamos jugados. La cara de la Negra estaba entre terror y horror, no me di cuenta bien cual era, pero definitivamente no la estaba pasando bien. Por suerte, llegamos sanos y salvos y me tiré al piso a besar el muelle cuando llegué, la verdad que la lanchita con un día picado ni da.
La excursión es muy linda, pero nuevamente, depende horrores del clima, está visto que cuando había sol, la pasamos muy bien y cuando se complicó el clima, ya no nos gustó ni mierda.
Al día siguiente de haber llegado a Ilha Grande, decidimos ir luego de un desayuno simple a la agencia de turismo en donde nosotros teníamos pre bookeadas dos excursiones. Una era a Lagoa Azul y la otra a Praia Lopes Mendes. Tenía excelentes referencias de Lopes Mendes y como el día estaba bastante lindo, optamos por ir ahí. Para llegar a Lopes Mendes había que subirse a un barquito quien gentilmente te llevaba hasta otra playa y de ahí tenías una caminata de unos 20 minutos hasta la playa de Lopes Mendes. El viaje en el barquito fue corto, no hubo traspiés en el mismo y sin inconvenientes llegamos al muelle destino, luego ahí nos dijeron amablemente que sigamos el sendero que nos llevará a la playa tan deseada.
El sendero era el sendero de la muerte. Teníamos que subir morros, bajadas peligrosas, barro, muy patinoso, recontra exigente y desgastante. La Negra estaba con un nivel de fastidio importantísimo, hacía calor, estaba lleno de bichos y de la playa ni noticias. Llegamos a la playa. La verdad, valió la pena el esfuerzo. Yo no soy un tipo de mucha playa, de hecho son muy pocas las veces que fui a playas, pero esta playa era evidente que estaba buena. La arena sin llegar a ser blanca, tenía un bello tono blancuzco y cuando la pisabas hacía como un sonido dulce de bienvenida, se sentía muy suave en los pies. Caminamos unos metros en busca de un poco de sombra y mientras caminábamos, las analogías con la isla de Lost no tardaron en llegar. La playa tiene forma de bahía de varios kilómetros de largo y unos 30 metros de profundo de arena hasta llegar a una pared de vegetación, constituida entre otras cosas por palmeras. A los costados de la bahía y en el fondo se ven morros, con lo cual hace que la pared de vegetación sea más alta, y también llegando a las puntas de las bahías hay piedras de gran porte, que añade belleza según mi criterio, le da un toque caribeño sensacional. El mar es bastante agitado contra lo que yo suponía y tenés gran cantidad de surfers practicando e inclusive tenés dos pibes que te alquilan tablas de surf. El tipo que hace surf, tiene su propio equipo, y el que no sabe surf y alquila una tabla a ver qué onda, pone en riesgo su vida, con lo cual decidí no alquilar tablita de surf.
Como era de esperar también, varios chicos vendiendo gaseosas y cervezas ya que el calor era extenuante; refrescarse en esos momentos es clave, sino, la podés pasar mal. Con la Negra nos tiramos a la arena y a los 10 minutos ya el aburrimiento nos mató, así que decidimos ir al mar. El mar estaba lindo, pero tenía unas correntadas infernales, lo que no quitó que nos metamos igualmente. También hicimos varias caminatas y finalmente nos volvimos.
Cuando estábamos esperando el barco de vuelta, Fiona aparece nuevamente en escena y esta vez decidimos ponernos a hablar con ella, era raro, parecía que la mina me había seguido durante mi estadía en Inglaterra. Vivía cerca de Bristol y había trabajado muy cerca de Camberley. ¡Y Camberley es muy chico como para que mucha gente trabaje cerca de ahí! Fiona nos contaba que iba por un casamiento de una amiga de ella que era brasilera y se casaba en Belo Horizonte.
Me encanta de los viajes que uno siempre se puede poner a charlar con gente de todo el mundo y uno siempre encuentra algún punto de contacto o algo en común a pesar de ser almas dispersas en el mundo.
Hace más de 6 días que no escribo y estoy buscándole la vuelta a lo que fue la estadía en Ilha Grande, probablemente sea más de un post porque hay un cúmulo de sentimientos desencontrados nuevamente que hicieron que nuestra estadía sea por momentos muy buena, por otros fastidiosa, por otros aburrida y por otros amistosa. Desde el hotel de Rio un Honda Civic nos changó los más de 100 kms que separan Rio con Angra dos Reis, que en sí, Angra no tiene nada excepto ser el punto de contacto con Ilha Grande. Las barcazas que hacen de trasporte salen desde ahí. Otra vez era un día de mucha lluvia y finalmente llegamos al puerto, en donde vimos la amedrentadora barcaza que estaba dispuesta a llevarnos de un lado hacia el otro. Amedrentadora porque lucía como un barco que se había hundido, lo reflotaron, un poco de Blem y a la mierda, se sigue usando. Tenía notables marcas de un uso desmedido, día tras día y sin reparo por el clima. Las marcas de la pintura saltada por las salpicaduras del agua salada lo demostraban en cada punto de la barcaza. No conforme con que el estado de la barcaza sea lamentable, era el medio de trasporte por el cual se hacían llegar las vituallas a la isla, de pronto el piso se vio cubierto de packs de gaseosas, papel higiénico, mucha verdura, fruta y hasta cajones de hielo con pescado que sobresalían. Solamente faltaban las gallinas corriendo, el resto estaba entero.
Luego de casi dos horas de andar, nuevamente con el clima espantoso, llegamos a Ilha Grande, en donde la barcaza ancló sobre uno de los dos muelles que están en la localidad de Abraaxo. Uno de los muelles es para la entrada y salida de barcos de conexión con tierra firme, y el otro muelle es para las excursiones. El muelle parecía bastante pintoresco, muchos botes y barquitos moviéndose al compas de las olas de un mar un poco despiadado por la tormenta en donde el proceso de anclaje parecía ser así. "Uh, hay un hueco, mandate, anclá y vamos a escabiar"
En el muelle nos teníamos que encontrar con alguien que porte un cartel con el nombre de la Negra, ya que todo estaba a nombre de ella. Un pelirrojo llamado Pablo era quien lo tenía. Pablo, muy gentil, nos esperó con dos paraguas ya que la lluvia seguía persistente. Al mismo tiempo otro flaco se encargaba del equipaje, atentamente nos changó las dos valijas hacia la posada. Pablo también estaba esperando a una mujer de arriba de 50 años con cara de haber viajado por todos lados y de haber vivido mucho, llamada Fiona. Fiona era inglesa y su primer comentario fue que ya estaba acostumbrada a la lluvia. No me sorprendió en absoluto el comentario.
Luego de caminar por unas calles castigadas por el clima llegamos a la posada Caúca, donde finalmente nos íbamos a hospedar por las próximas 6 noches. La posada bien, no era nada del otro mundo, pero era lo que necesitábamos, una cama, y un baño, punto. Al instante de haber llegado, me quise dar un baño, pero la presión del agua era tan poca que casi me pongo a llorar. A mí me gusta la presión del agua casi como de hidrolavadora, y esto era un tipo con un gotero arriba de mi cabeza. No es justo.
La primer lección aprendida de este viaje y ya la quiero compartir, es que nunca hagan un viaje en donde todo dependa del clima. Busquen lugares con alternativas por si llueve, si está feo, si graniza o nieva, pero que se pueda hacer algo. Ir a una isla en donde las atracciones son el mar y la playa, con 6 días de lluvia como nos tocó a nosotros, puede fastidiar y mucho. No obstante, seguiré en otros posts poniendo cosas buenas de Ilha Grande.
Pretender que la Negra vaya a algún lado y automáticamente no saque la lista de edificios a ver solamente pasa en Ilha Grande, que es donde estamos ahora y con suerte existe el cemento. Claramente no fue el caso de Rio de Janeiro, en donde me dijo que era terminante para la pareja ir a ver el museo de arte moderno que fue hecho por el arquitecto Nimeyer.
Resulta, que el edificio literalmente parece un plato volador incrustado en una orilla de la costa, pero lo mejor de toda la odisea era llegar al museo. Resulta que hay como un barrio de Rio llamado Niterói, al cual se accede por medio de un puente de sólo 15 km de largo. La distancia de Copacabana al puente eran ya unos 10 km aproximadamente, más los 15 del puente y después otros 5 km hasta el museo. La muerte, descartado por completo caminar, no había barquitos y tampoco encontramos un bondi que medianamente nos acerque. Con cada lugareño que hablábamos nos decía: Voce tem que tomar bondi que dice Niterói, luego toma taxi. Y a mi me venían algunas preguntas a la cabeza, como: En donde mierda tomo el bondi que dice Niterói, en donde me bajo, cuanto sale el bondi, como se toma un bondi, cuanto me sale el taxi y después como vuelvo. Pero los tipos lo hacían ver como mucho más simple. Tambien nos decían: Voce tem que tomar van a Niterói. Hay mucha combi que hacen llamar van y se mueven por todos lados, pero después queríamos confirmar la teoría de las vans y nos decían: Nao tome van, son muito peligrosas, eu agora va a ligar taxi de muita confianza y voce arregla.
Finalmente, hablamos con un pibe que nos presentaron en el hotel, que laburaba con el hotel y nos llevó hasta el museo, el flaco llamado Joao, nos fue contando muchas cosas de Rio, como por ejemplo qué era toda la parte industrial que veíamos, sobre las importaciones, sobre el petróleo y sobre Niterói. Hizo un par de paradas claves antes de llegar al museo ideales para sacar fotos y luego en el museo, el flaco nos esperaba afuera. El museo, como era de esperar, una reverenda bosta, como todo museo de arte moderno, pero valio mucho la pena ir, no solo por el edificio que es re freaky, sino por la vista que hay de Copacabana desde ahí, es increíblemente buena.
Luego a la vuelta, nos llevó por una zona comercial llamada Sara, que es lo más parecido al Gran Bazaar de Estambul que vi en mi vida. Muchísimos localcitos, uno al lado del otro vendiendo adornos navideños, remeras, trapo, camisa, shorto, sunga, vasito y recuerdos de cualquier tipo de Rio de Janeiro. Compramos un par de boludeces, volvimos con Joao y nos llevó al hotel. Tenemos el teléfono de Joao si alguien va a Rio y quiere un guia personal, el flaco nos cobró razonable y siempre trató de darle un valor agregado.
El tema de los traslados en Rio de Janeiro es un quilombo, tiene muchas cosas que las hacés por excursión o excursión, no hay bemoles. Este museo que era inaxesible, casi que tenemos que ir en taxi porque no hay otra. Alquilar un auto es otra alternativa que barajamos, la cual desde ya nos hubiera salido más barata, pero manejar en Rio es suicidarse, manejan de manera calamitosa y aparte, dependes sí o sí de un Sat Nav porque sino, no llegás a ningún lado.
Rio es una ciudad que genera muchos sentimientos desencontrados en el mismo minuto. Esta es mi segunda vez en Rio y si bien ya la vez pasada había tenido esa sensación, ahora la confirmé. Rio es una ciudad como que fue furor hace 30 años y por algún motivo (seguramente dejó de ser redituable) se abandonó, y las cosas están abandonadas o se siguieron usando como se pudo. Rio podría ser una ciudad muchísimo mas glamorosa y bonita de lo que es, pero la enorme cantidad de favela que hay hace que mires para donde mires, siempre veas pobreza extrema. Son kilómetros y kilómetros de favela, todos los morros están colmados de casas muy precarias con ladrillo a la vista y siempre la ropa colgada de la ventana. Nos decían, esta favela, es la más grande, tiene 350.000 habitantes. Esa es una favela, hay cientos de favelas, millones y millones de habitantes en favela.
Entonces, vos te tomás la excursión para ir al Corcovado, y por el camino pasás por 30 villas distintas, entonces medio que el viaje no lo disfrutás, llegás al Corcovado y te pasa como a nosotros, que había una nube que lo tapaba, no se veía un carajo y solamente le podés sacar fotos al cristo. Bajás, y nuevamente el trayecto lleno de favela. Las únicas partes que no tienen favela es lo que da a las costa, digamos 5 cuadras para adentro, que ya arranca el morro, ya es favela, entonces de noche, no da para ir a ningún lugar porque estás seguro que te la van a poner.
Las calles están hechas mierda, la ciudad está sucia y el ruido es infernal, aunque por otro lado uno camina por Copacabana o por Ipanema y es una belleza, es recontra lindo y pensás porqué mierda no es así toda la ciudad.
En Rio hicimos recorrido básico, Corcovado, Pan de Azucar (que también estaba nublado y se veía poco), Maracaná y Zambódromo. Lo hicimos todo el mismo día con una excursión, la verdad, muy conforme con el servicio prestado. Hubo comilona en el medio que estaba incluida en la excursión, en donde se pudo charlar con otros de los integrantes del tour para luego volver.
A no ser que conozcas Rio de memoria o estes con alguien que sea lugareño, no hagas las cosas por vos solo porque el riesgo de terminar muerto en una zanja es alto. Ya con solo ver los edificios cómo están cercados te da una pauta de la delincuencia que hay. Rio es lindo, pero no hay que abusar.
Me encanta escribir en este blog. Quiere decir que algo está pasando a nivel viajes, o bien estoy preparando uno o bien lo estoy disfrutando. El caso actual es que lo estoy disfrutando. Estamos de Luna de Miel con Vale en Brasil, un destino el cual habíamos postergardo y que luego de hacer números hemos elegido.
El recorrido de Brasil es simple, 4 noches en Rio de Janeiro, 6 noches en Ilha Grande y 4 noches en Parati. Tiene de todo, en Rio tenés quilombo y después ya lo vas aminorando hasta llegar a Parati que no hacés un corno durante todo el día.
Gracias a los regalos que hemos recibido por el casorio, hemos podido financiar satisfactoriamente esta luna de miel, así que aprovecho a dejar un enorme agradecimiento a toda la gente que nos aguantó para que podamos volver a viajar.
Llegamos el sábado 15 de Nov, totalmente rotos, estábamos sin dormir y apenas cabeceamos un poco esperando el avión y tambien en el avión. Llegamos al hotel de Rio, bastante lindo, dice ser 4 estrellas y lo sostiene a base de mostrar comodidades, y nos tiramos rendidos a dormir. Todo el tema del casorio nos había exterminado, el cansancio acumulado que teníamos era letal, valio la pena, pero fue extremadamente desgastante. Dormimos apenas 8 hs (nos despertamos de noche) y fuimos a comer a un restaurant por Copacabana.
Rio tiene varias playas, las dos más importantes son Copacabana e Ipanema, luego tiene la playa de Botafogo, Flamengo y Leblon. El hotel está a 2 cuadras de Copacabana y unas 5 de Ipanema, pero como no teníamos muchas ganas de salir a caminar fuimos hasta Copacabana en donde por toda la costa tenés restaurantes con una infraestructura muy parecida a Mar del Plata. Nos metimos en uno en donde había quilombo y nos clavamos una Feijoada. Mamadera, ¡qué pesado que era! aparte, una cantidad industrial de morfi.
Vamos a seguir recorriendo por todos estos lares, espero que Brasil esté a tono con lo que nosotros estamos esperando!
La vez pasada habíamos ido con los chicos de HolidayAutos a comer unas costillitas de cerdo que eran un recontra manjar, me deboré todo un costillar entero y quedé fascinado. Les dije a los pibes que quería hacer otra vez las ribs antes de volverme porque la verdad, pocas veces había disfrutado así de una comida inglesa.
Ayer quedé con Deano y con Gemma de volver ahí, así que luego de la oficina, tube hasta Waterloo y después de ahí, tren hasta Aldershot, que es por donde para Dean. Aproximadamente 45 minutos de viaje que se me pasaron rápido porque fui leyendo el libro de Richard Hammond que compré el finde pasado (me lo estoy devorando) y llegué, Dean me estaba esperando con su Twingo feo rojo en la puerta de la estación de tren, así que inmediatamente me trepe al Renault y partimos hacia la casa de él en donde ibamos a recolectar a Gem.
Dean se metió por esos caminos que conoce él solo y nos metimos en un restaurant rutero, pero no de una ruta fabulosa de 400 carriles, sino de una rutita de morondanga en el medio de la nada. Nos sentamos y pedimos nuestras ribs con una jacked potato y deboramos todo en varios segundos. No quedó nada. Una delicia nuevamente, con lo cual he comprobado que no entiendo porqué la comida típica es el maldito Fish&Chips que es incomible y no estas ribs que son una delicia.
Luego Dean me dice, vamos a un pub que era una Iglesia, pero que la hicieron Pub. Finalmente hicieron algo productivo con la religión, pensé, pero simplemente me dejé llevar y fuimos al pub. Era raro, adentro del pub tenían vitreauxs religiosos y sin embargo, lleno de borrachos ahí tirados pidiendo otras pintas. En realidad era un restaurant, pero obviamente había lugar para algunos drinks. Tuvimos una interesante charla sobre la cultura inglesa y saltó obviamente la pregunta de porqué a mi me gustaba tanto Inglaterra, que ellos veían en argentinos como yo una pasión por el país que ni ellos entendían. Creo que mi respuesta fue categórica, en Inglaterra existe el respeto hacia los demás y creo que vivir en un lugar en donde cualquiera te respeta no tiene precio.
Me volví en un trencito a la noche mientras seguía con mi lectura y llegué a casa, aunque en el medio me quedaba pensando en lo que me habían preguntado y creo que ellos no entienden porque siempre vivieron en un estado de respeto, en el momento que les falte, lo van a apreciar mucho más. (ojalá que eso nunca pase)
Es el último fin de semana que estoy en Londres en esta visita y decidí salir a caminar, por lugares que ya conocía, pero no me importaba, era el hecho de salir a caminar. Ayer era un día increíble, sol rajante y ni una nube (foto tomada con el celu de ayer), cosa que no sucede muy a menudo, con lo que el entusiasmo fue por partida doble. Arranqué cerca, primero fui hasta Hammersmith, que son dos estaciones de subte desde donde estoy. La idea era ir para ahí ya que puedo empalmar otra línea de tube que me deja en la crema de Londres, Piccadilly Circus. De ahí fui en subte hasta una antes de Piccadilly y decidí caminar un poco más. Misteriosamente apareció una librería que no había visto antes que tenía solamente 6 pisos, así que empecé a recorrerla. Cuando llegué al sector de arquitectura me vi muy tentado de llamar a Vale, pero era demasiado temprano como para cortarle el sueño, así que recorrí por mi cuenta y me di cuenta que me gustan mucho los libros, pero que no los leo, ergo, no tenía ni el menor sentido que me compre algo para mí.
Luego de Piccadilly tenía una larga lista de pedidos para mulear a baires, y arrancaba con un Fastfret, que es un limpiador de cuerdas que puede ser de guitarra o bajo. En baires se consiguen pero te rompen el culo, así que me pidieron que lo compre acá. La mala noticia es que acá también me rompieron el culo, así que no sé si hubo demasiado negocio.
Seguí caminando y quería encontrar unos zapatos de golf que me habían encomendado y aparte la bola 8 para la negra. La bola 8 para quienes no conocen que es, es la mejor herramienta de management, uno agita la bola y tiene una ventanita en donde aparecen respuestas random y uno se acata a esa pregunta y listo. Las preguntas tienen que ser booleanas y tarde o temprano la bola tiene razón. Caminando, me metí en una juguetería de otros 5 pisos y fui a la parte de gadgets que es donde suele estar, y la cuestión es que tenían una bola similar, pero ¡no estaba pintada como bola 8! Una locura, es como que uno vaya a comprarse borceguíes y los borcegos sean rosados. Políticamente incorrecto, ¡eso tiene que estar pintado como bola 8!
Desistí hacer la compra y fui hasta el Nike Town para conseguir los zapatos de golf. Malas noticias, están rehaciendo el sector de Golf con lo cual está cerrado. Chauuu. Me metí en varias casas de deporte más, pero las llantas eran de distintas marcas, ¡en ningún lado Nike!
Ya había caminado bastante y paré en un pub O'Neils a regalarme una rica cerveza Heineken tirada. Me he dado cuenta que la Heineken tirada es extremadamente superior a la que viene en botella; cuando yo me juntaba a estudiar con el Líder, siempre comprábamos Heineken y estaba buena, pero hasta ahí, cuando fui a Amsterdam al Heineken Experience y te dan Heineken recién hecha a la temperatura correcta y con todo el fetiche, me encantó, entonces, donde suelo ver la Heineken tirada, pido de esa.
De ahí me fui a Covent Garden, infaltable en el circuito de cosas que ya viste, pero tenés que volver a ver mientras puedas. Había un grone tocando Johnny B Goode en una excelente versión, después llegué a casa y tuve que buscar la versión original de Chuck Berry porque ¡me había quedado con ganas de seguir escuchando más!
Luego fui hasta el Eye of London a ver un poco el Big Ben y la bella vista que hay desde los puentes cercanos. Era un hormiguero de gente, no se podía caminar y como yo tengo el fastidio fácil en esas ocasiones, emprendí el regreso (sin mencionar que ya no me daban las gambas).
Londres es una ciudad que uno puede volver n+1 veces y hacer siempre lo mismo que siempre te va a gustar como la primera vez. Tiene ese poder de sorprender sea la vez nro que sea que estás ahí.
Vuelvo a la escritura luego de cierto período de vagancia que a cualquiera le puede agarrar. El sábado fui a Camden Town de nuevo, pero como el post anterior era de eso, no voy a hablar de nuevo de Camden, entonces aguanté al domingo que hice algo nuevo y distinto.
Hablando con Dean me dice que va a ir a ver una carrera de autos bangers, que basicamente, no hay demasiadas reglas, vale todo, los tipos corren en un óvalo y si chocás contra otro de frente, mala suerte, la carrera sigue. Es bastante violento y obviamente la gente viva cuando hay quilombo y no cuando la carrera es leal.
Me levanté el domingo tempranito, me fui hasta Waterloo haciendo una combinación exótica de subtes ya que la Jubelee line Dios sabrá porqué estaba cerrada y me tomé el tren hasta Aldershot, en donde Deano me estaba esperando. Una locura, casi dos horas de viaje para llegar hasta ahí, pero bueno, finalmente llegué y pasamos a buscar a Gemma y fuimos a la pista. La entrada costaba 12 pounds, lo cual es un poco como extorsivo, pero en ese momento lo pagamos y listo.
Empezaron a entrar los autos al circuito y se notaba que no era la primera vez que corrían, estaban todos recontra chocados por todos lados y se notaba también que tenían muchos arreglos encima. Por otro lado ponía muchos autos en una pista corta y mojada, como para asegurarse que haya muchos choques. Había distintas categorías, una que era rompan todo, otra que era tené un poco más de cuidado y otra que era puto el que choca. Pero no obstante hubo choques en todas las categorías.
Así viví la largada de la primer carrera:
Un condimento muy especial fue la lluvia que nos acompañó durante toda la tarde, y eso hizo que al mojarnos y al estar bien fresquito nos helemos. Aparte, como era un quilombo de autos, era imposible saber quién iba primero, lo cual le sacaba un poco de emotividad.
Antes de cada carrera tanto Dean como Gemma y yo escogíamos un auto como para por lo menos hinchar por uno y que no sea monótono. Solamente Dean pudo ganar, por lo general los autos que elegíamos se hacian pelota en la primer curva.
Luego de una larga jornada como de 4 horas, fuimos a un pub en Fleet donde cerramos el encuentro con una deliciosa pinta de Old Peculier.
Como no podía ser de otra manera, el domingo dijimos, y bueno, vamos para Camden a ver qué onda. Camden es un paseo obligado por todo el mundo que quiere ver cosas un poco más extremas dentro de lo que es el té inglés y el cambio de guardia. Basicamente se encuentra ahí todo el sector adolescente marginal y quizás no tan adolescente. Se puede ver mucho punk, pero punks en serio, tipos que deben estar horas acomodando su cresta y tiñendosela, tipos que a pesar del look muy llamativo seguramente necesitan horas de producción para lograrlo. También hay mucho gótico, parejitas que tienen un aspecto más que pálido con uñas pintadas de negro, grandes tapados negros y pelo negro.
Los negocios que hay en la zona son también bastante extremos, algunos de ellos tienen mucha lencería erótica o bien ya directamente indumentaria para las distintas tribus urbanas que se crean acá. También hay mucho relacionado con la marihuana, uno puede ver pipas, picadoras, papelillos y todo lo relacionado para armar un cigarrito casero. También están los magic mashrooms u hongos mágicos, que no quiero saber cual es su procedencia, pero dicen que cocinás con eso, lo comés y quedás re loco. Jamás lo probé.
Pasamos por un negocio de zapatillas Gola que en Buenos Aires recién se están haciendo conocidas, pero acá en Londres ya lo son hace un tiempo. Es increíble la diferencia de precio entre las zapas acá y en Baires, así que no resistí la tentación y me clavé dos pares :)
Camden es un lugar al cual a uno le guste o no, tiene que ir, forma parte de la cultura de Londres y se ven cosas que no se suelen ver en otros paises.
Me encuentro en el departamenteo sito en Stamford Brook en el cual ya me había alojado con anterioridad y en donde está parando Antuán también.
Llegué hace una semana y recién en el finde pude ponerme a recorrer un poco, no lugares nuevos, pero sí lugares en donde está bueno ir. Por empezar, caimos en una casa de deportes llamada Decathlon en donde primero me asombró el tamalo de la misma (foto). ¡Y ese era solamente un sector! había otro edificio casi del mismo tamaño que era referido a cosas outdoor, como pezca, mountainbike, camping y hasta arquería. La parte deportes indoor estaba equipada a pleno, había de todo, en la parte de fútbol, tenías una góndola atestada de botines que era una maravilla. Tenía ofertas tentadoras y me terminé comprando unos shortos con bolsillito (por si prospera el tenis) y una remera con la que uno puede transpirar y no es un garrón. Todavía no la salí a probar.
Luego de ahí hicimos el intento de ir al Primark que está en Oxford street. Primark es una casa que se caracteriza por tener precios ridículamente baratos de ropa que no es de excelente calidad, pero la verdad es mucho mejor de lo que uno se imagina. Bueno, en el Primark había solamente 2 millones de personas en la caja para pagar, así que huímos raudamente. El negocio era imponente, varios pisos y muuuucha ropa por ver, pero la verdad, ni ganas de estar 2 días ahí adentro para ahorrarme 2 pounds. Así que seguimos recorrido y vimos algo muy peculiar, vimos como dos Double Deckers colisionaban entre sí. Los Double Deckers son los colectivos de dos pisos típicos de Londres. La verdad que el choque fue una boludez de uno de los choferes, pero no es normal ver accidentes en Londres. (Foto de cómo quedó uno de los bondis)
Finalmente como no podía ser de otra forma, terminamos en el Apple Store en donde siempre voy con otra persona a la cual le doy mi billetera y una servatana con dardos tranquilizantes por si me cebo y entro a comprar boludeces. Las cosas de Apple sencillamente me fascinan, fuera que sean las mejores a nivel funcionalidad (en donde la mayoría de las veces inclusive es así) sino que la usabilidad que tienen los bichos esos es inmejorable. Están siempre 2 años adelantados a cualquier otra empresa tecnológica que haga ya sea celulares, reproductor de mp3 o notebooks.
Está bueno eso de estar acá de nuevo, la verdad, ¡cómo me gusta Londres!
Hace un par de semanas, con la Negra y con una pareja amiga, nos fuimos a clavar el fin de semana a Mar Azul, para quienes no tienen idea de dónde queda, es a un par de kilómetros pasando Mar de las Pampas. Todavía no está tan atestado de construcciones y el precio del alojamiento es bastante más barato, casi la mitad, diría. Eso sí, no tenés nada ahí y debés movilizarte para Mar de las Pampas para aunque sea tener un almacén.
La idea surgió de un día para el otro y casi no hubo planeamiento, llegamos un vieres a eso de las 12 de la noche, bastante cansados de toda la semana y de haber viajado unos cuantos kilómetros hacia ahí. Llegamos y nos pusimos en contacto con el dueño de la cabaña, quien vino y nos proporcionó las llaves de las mismas. Las cabañas estaban bien, tenían lo necesario aunque era un poco frías. Las piezas tenían su propio radiador, pero no eran demasiado potentes, entonces hubo que taparse con todo lo que teníamos a mano.
A la mañana siguiente, lo que sería sábado a la mañana, me levanté con todas las intenciones de hacer un fueguito, yo como buen piromaníaco siempre ansío llegar a esos destinos para poder armar un fuego. Resulta que, empiezo a escrudiñar con qué elementos contaba para el fueguito y me doy cuenta que inicialmente, no tenía ni fósforos ni papel. Iba a ser complicado prender un tronco de leña.
Como no me importaba nada, y quería prender el fuego, di una segunda mirada entendiendo mejor el panorama. El calefón estaba prendido, entonces con un poco de papel higiénico, pude prender dos hornallas (ya eso era bueno para empezar con el calorcito), luego, en la mesa, había un centro de mesa el cual contaba con 3 piñas. No lo dudé, las sacrifiqué. Sigo mirando y resulta que había una revista del cable. ¿Cuando miro tele yo? Nunca. Entonces, ya tengo papel. Salí por alrededor de la cabaña y conseguí algunos tronquitos para poder seguir encendiendo el fuego, pero finalmente, con todos esos elementos, pude prenderlo. ¡Me sentía Robinson Crusoe!
El sábado ya sea para almorzar como para cenar, fuimos a comer a Amorinda, un increible restaurant de pastas caseras y que por suerte puedo comer todo sin sal. Nos trataron bárbaro, buen vino, champagne y tambien una deliciosa entrada bien tana que es para chuparse los dedos.
Luego de almorzar nos equipamos un poco mejor con diarios, fósforos y quebracho para poder mantener mejor el calor de las casas. Aparte, había llovido hace poco y eso hacía que el frio sea mayor, invlusive, había muchísimo barro en las calles y cuando nos trasladábamos con el auto, parecía un rally. Durante el finde no llovió y eso hizo que las calles se secaran un poco, ¡aunque el auto quedó notablemente marcado por las falencias del terreno!
Mar Azul es ideal para descansar, hacerse un fueguito y relajarse. Las cabañas tenían parrillas pero con el ofri que hacía no daba para hacer asado. Quizas una visita a fines de invierno, no esté tan frio, de para fueguito y al mismo tiempo para asado.
Fin de semana largo nuevamente se acerca y no da lugar a dudas. Seleccionamos un destino y nos vamos a descansar por ahí. El clima venía tenso, porque en toda la Argentina se vivían los problemas por el campo y había no solamente piquetes en todas las rutas, sino que a eso, se le agregaba la falta de combustible, con lo que elegir un destino por un medio terrestre era casi un suicidio.
Obviamente elegimos un destino en Argentina y el medio de transporte terrestre, así ya íbamos disfrutando de la adrenalina de antemano. Esta vez, el lugar fue Merlo, San Luis. Muchos se preguntarán por qué elegimos ese destino y la respuesta es muy simple: porque nos pintó. Muchas veces había escuchado que Merlo era re lindo, que Merlo tal cosa, que Merlo tal otra, entonces para no vivir con esa intriga, lo mejor fue ir y verlo con mis propios ojos.
Por medio de Globers nuevamente sacamos todo el paquete que incluía bondi, traslado de la estación de bondis al hotel, y obviamente el hotel. El viaje en bondi lo arrancamos con bastante preocupación por el tema de los piquetes, pero antes de viajar, tuve la precaución de clavarme las pildoritas locas que compré en Heathrow que son para dormir y misteriosamente, lo siguiente que recuerdo es a la negra dándome codazos para que me despierte en Merlo. Llegamos bastante temprano, tipo 8 de la mañana y nos fuimos para el hotel. El hotel, llamado Valle del Sol, tenía una estructura edilicia muy prolija, aunque no nos dejamos guiar por la primera impresión. La habitación todavía estaba ocupada así que recibimos la orden de salir a boludear por ahí hasta que las liberen. Nos fuimos a desayunar por ahí, a un barcito chiquito llamado Tula’s que estaba a unas 3 cuadras del hotel. Luego de desayunar virulentamente nos fuimos a recorrer un poco las calles de Merlo. Yo desde ya estaba munido de mi cámara de fotos así que no necesitaba más.
Paremos con las mentiras: Merlo es una ciudad extremadamente chiquita, que tiene una plaza, que sería el casco, en donde tenés la iglesia, la municipalidad y el banco y no tiene nada más. Hay algunos restaurantes interesantes, mucho boliche de artesanía y cosa regional y por supuesto algunas casa de turismos dedicados a las excursiones. Tiene las sierras de los comechingones que es la “medianera” entre San Luis y Córdoba, desde ya que las sierras le dan un toque magnífico, pero la “belleza de Merlo” claramente no está en Merlo.
Volvimos al hotel, en donde finalmente nos dieron la pieza y nos fuimos a descansar. La pieza estaba bien, tenía una cama matrimonial y una cama más chica de una plaza. El colchón de la cama matrimonial, parecía que había sido usado durante años, tenía como dos valles y una montaña en el medio lo que producía que uno se acostara y tomara posición con la fuerza de gravedad. La verdad, es que un hotel tiene que invertir en colchones, si los huéspedes están cansados y no pueden descansar en el hotel, entonces el hotel deja de tener sentido, el pasajero se lima y al hotel se le pudre todo.
Luego de dormir, dijimos, vamos a ver una agencia de turismo, vamos a ver qué onda las excursiones porque en esa hora que caminamos por Merlo ya la habíamos recorrido entera.
Porteños de buena ley, no aprendemos más. Salimos a eso de las 13:00 y estaba obviamente todo cerrado. Nos cayó la ficha, están durmiendo la siesta. Era nuevamente esperar a tipo las 17:00 para que aparezcan los negocios abiertos nuevamente. Comimos opíparamente en un restauran que hacía comidas típicas y la verdad buen precio. Volvimos al hotel a seguir durmiendo. Parte del objetivo del viaje era poder dormir todo lo que no dormíamos en Buenos Aires los fines de semana. Luego a la tarde, cuando estaba todo nuevamente abierto, fuimos a la agencia de turismo que nos habían recomendado en el hotel, y nos encontramos con la sorpresa que no se hacía casi ningún excursión debido a la falta de combustible y aparte, porque Merlo había tenido muy pocas visitas cuando en realidad esperaban muchas. Seguimos recorriendo y nos metimos en otra que nos ofrecieron dos excursiones de día entero, una era Las Quijadas y la otra era una travesía en una 4x4 a ver una cascada que incluía treking. La de Las Quijadas era ir a ver formaciones rocosas que se dan por la erosión y el paso del tiempo, como en Salta habíamos visto de eso para el campeonato, y aparte en Bariloche nos habíamos quedado con ganas de la excursión 4x4, nos decidimos por esa. Luego de algunas idas y vueltas, la persona de la agencia, pudo encontrar al guía al cual conoceremos como Tony.
Al día siguiente Tony nos pasa a buscar en su 4x4 que realmente desconozco que marca era (foto) y arrancamos la travesía. Estaba genial porque en la excursión éramos la Negra, Tony y yo. Tony era un lugareño, nacido en Merlo y criado ahí, había inclusive estudiado ahí y lo mejor es que se había criado en las sierras, o sea, teníamos a alguien con todo el dato que nosotros podríamos llegar a necesitar. Tony era un tipo de 39 años bien llevados que se notaba que disfrutaba de poder compartir momentos con sus pasajeros de su 4x4. Estaba particularmente contento porque en esa excursión por lo general no se llena de turistas hincha pelotas, ya que por lo general, la gente joven se dedica más a disfrutar que a joder.
Empezamos la trepada de la sierra y Tony era muy prudente al volante y nos dio seguridad de inmediato, lo cual fue bueno, sobre todo para la Negra ya que entra muy fácil en panic attack cuando no manejan con prudencia, sobre todo en lugares de cornisa como eran estos. A más o menos la mitad de la trepada, paramos en un mirador llamado Mirador del Sol, el cual tenía unos cuantos puestitos muy pintorescos que vendían artesanías. No compramos nada porque era un garrón hacer toda la excursión con las cosas en la mano, no daba. Llegamos a la cima, lo que ellos llaman El Filo y se acabó el asfalto, empezamos a transitar caminos de ripio ya bastante más rústicos de lo que venía siendo y el hecho de ir con una 4x4 se empezaba a sentir como cierta seguridad y confianza. El camino cada vez se puso peor, había subidas muy pronunciadas y no sólo eso, sino que las piedras que había en el camino eran intimidantes. Tony la tenía atada y la verdad es que siempre supo sortear todos los obstáculos que se nos pusieron adelante.
En un momento Tony estaciona y dice, bueno chicos, ahora tenemos aproximadamente una hora de caminata hasta llegar a la cascada llamada Salto del Tigre (había cierta connotación sexual ahí, pero se la dejé pasar). Cuando salimos de la camioneta nos dimos cuenta del frio que hacía, había no solo un frio terrible, sino que había un viento fatal. Por suerte nosotros bastante precavidos llevamos polars, camperas, guantes y gorros, los cuales nos fueron sumamente útiles en esas condiciones. La caminata se hacía sentir, era mucha subida y bajada sobre territorio no marcado, era casi meterse a campo travieso para llegar. Menos mal que Tony conocía el camino ya que era imposible saber dónde estábamos. Llegamos al salto y nos sorprendió una cascada totalmente congelada, solamente un hilo de agua corría desde su vertiente hasta el piletón que había abajo. Piletón que Tony dijo que en algunos lugares tenía hasta casi 12 metros de profundidad; ¡lo que es bastante! El piletón también estaba congelado en inclusive pudimos caminar sobre el hielo. Pero fuera de lo exótico que era eso, a mi me seguía llamando mucho la atención la cascada toda congelada, le saqué unas cuantas fotos hasta estar seguro que tenía las tomas suficientes para poder explicar o retratar a los demás lo imponente que era eso. El salto tiene alrededor de 30 metros, con lo cual, no es poco y lo hacía aún más imponente. Decidimos hacer campamento ahí para comer algo y para tomar unos mates muy necesarios ya que el frío se hizo sentir en toda la caminata. También era necesario descansar a que la vuelta iba a ser brava, ya que la mayor parte del camino de ida había sido de bajada.
Cuando estamos saliendo del salto y nos vamos alejando, Tony nos dice, miren, ahí hay un cóndor, no se cuantos de los que me conocen saben, pero a mí siempre me interesaron los cóndores, no porque me interese el animal en sí, sino por alguien a quien llaman El Cóndor. Fue increíble verlo planear. Tony nos explicaba que el cóndor es un animal por excelencia para planear, y que muchos transportes aéreos se inspiraron en él. Yo aproveché mi zoom 80-300 y configuré la cámara en ráfaga y pude obtener unas 30 fotos del cóndor, de las cuales seguramente haré limpieza de las que no salieron bien.
Luego de la agotadora caminata, pasamos por la casa de don Tono Albornoz, que es el dueño de esas tierras y Tony le tiró unos mangos, ya que Tony lucra con las tierras de Tono. Parece un justo negocio. La casa de Tono, estaba en el medio de la sierra y honestamente no sé cómo conseguía agua. NI me imagino luz o teléfono. Tony nos contaba que Tono muchas veces, en temporada, prepara un chivito y Tony para en la casa de él para comer. Honestamente debe ser una panzada total eso.
Emprendimos el regreso con un pibe de 15 años llamado Vidal, quien nos acompañó y mientras nos contaba historias de cómo eran las cosas ahí. Que el flaco iba a la escuela primara que había terminado hacía un año a caballo, y ahí se quedaba toda una semana ya que llegar era bastante complicado. También nos contó que jugaba al fútbol regularmente a 2000 metros de altura, y aparte, que podía jugar todo el día que no se cansaba. Yo me imaginaba el estado físico de ese pibe y ya quería verlo atrás de una redonda corriendo.
Sobre el filo, se encuentra una confitería a la cual decidimos ir por un refrigerio y aparte, para poder apreciar la vista fantástica que había desde ahí arriba. Con Tony y Vidal nos clavamos una cervecita, mientras la Negra se ajustició una porción de torta criminal de chocolate con un capuchino. La confitería me hizo acordar al parador que está arriba del Catedral, en Bariloche, no solo por la similitud de la construcción sino de las condiciones, un frío de locos, una vista fenomenal y muchos lugareños tratando de lucrar con turistas.
Volvimos de la excursión bastante cansados pero muy contentos de haber elegido esa salida. La verdad, el pasaje ya se había pagado habiendo visto eso.
Una de las cosas que yo más rescato de los viajes son las personas que uno conoce o se cruza durante un viaje, por corto que sea, y por cerca que sea de donde es uno. Esta vez no fue la excepción.En el hotel, de noche había un señor llamado Gary con el cual nos detuvimos a hablar unas cuantas horas, el tipo con una vida repleta de experiencias, no titubeó en compartirlas con nosotros. El flaco era de Ituzaingó, lo echaron del trabajo cuando tenía 50 años y automáticamente quedó excluido del sistema. Se le dio la oportunidad de ir a trabajar a Merlo y viendo que el pibe dominaba el francés y el inglés sabía que no iba a tener dificultades y aparte se iba a sentir útil y activo nuevamente. Yo me ponía a pensar, un tipo que habla3 idiomas está excluido… me dio un poco de escalofríos, pero entendí que vivimos en Argentina. Gary nos siguió contando muchas anécdotas, pero era evidente que en muchos momentos la había pasado mal ya que todas sus anécdotas tenían un tono lúgubre y tirando a muy pesimista. Igualmente disfrutamos mucho de sus cuentos y charlas.
El último día en Merlo lo utilizamos más que nada para descansar y boludear, teníamos que hacer el check out del hotel a las 10 de la mañana, pero por suerte negociamos con la gente, quedarnos medio día más. Lo bueno de esto es que la flaca que estaba a cargo me dice… si, no tengo problema con que te quedes, pero mirá que nosotros cerramos y acá no queda nadie. Solamente gente trabajando. Para entrar y salir vas a tener que usar “puertas alternativas”. No nos importó y nos quedamos solos en todo el hotel. ¡Increíble!
Como todo último día hicimos muchas compras de boludeces, pero la verdad, es que muchas estaban más que lindas y accesibles, sin que te partan el marulo por algo.
Merlo es una ciudad que tiene mucha atracción por jubilados, o sea, si uno va a buscar joda, desde ya que no es el lugar. Merlo de por sí solo tampoco vale la pena, pero hacer excursiones le agregan mucho valor y hace que sea un destino como para hacer base y luego de ahí hacer las excursiones tomándose el tiempo que uno quiera. Merlo también sin lugar a dudas es la capital del descanso, va todo muy lento y aparte, el horario de los negocios es tan acotado que no te queda otra que dormir.
El hecho de tener gente conocida en otros países hace que sea mucho más fácil salir de gira por todos lados ya que no solo porque uno garronea alojamiento, sino que tambien tener lugareños que tienen el dato es buenísimo, uno sabe que va por ahí y no va a ser en vano. El caso de Robert en Alemania no es distinto, cada vez que puedo venir para acá, para Inglaterra trato de darme una vuelta por Köln.
Era fin de semana largo en Inglaterra y mostrando increíble soltura, me tomé el día lunes feriado, que en el caso que si me quedaba en Inglaterra, seguro lo iba a laburar. Me tomé nuevamente el bondi de Victoria Coach Station que tarda solamente 12 horas teniendo buena suerte a Köln, esta vez, en cambio no hubo mucha buena suerte, cuando entramos al puerto de Dover, el fercho se bajó del bondi y fue a una casita que había ahí. Estuvo una hora Diosa sabe haciendo qué ahí adentro, que logicamente cuando volvió al bondi no dio explicaciones de qué fue lo que estuvo haciendo.
Nos pusimos en la cola del ferry y nuevamente espera, pero por suerte, subimos pronto y luego pude descansar un poco hasta que llegué a Köln. En el viaje venía hablando con Robert para avisarle que estaba solamente una hora atrasado, pero no hubo inconvenientes y nos encontramos donde siempre. De ahí nos subimos a su VW Bora y fuimos para el derpa de él. Dormí una siestita porque estaba roto y nos fuimos para el centro, ahí nos encontramos con su reciente novia y nos fuimos para un bar que vendían cerveza, obviamente, en donde uno se sienta y le traen vasitos de 20 cl (foto) hasta que uno diga basta. Como son chiquitas, uno no se da cuenta que está tomando un montón, así que nos habremos tomado unas 4 y seguimos viaje.
De ahí nos fuimos a una BBQ que hacía un amigo de él, como siempre yo rodeado de 7 alemanes que hablaban entre ellos y yo sin entender un futbol, aunque muchas veces se solidarizaban y me hablaban en inglés. Como siempre, mucha bebida y comimos unos pedazos de carne que tiramos a la parrillita. Mientras estábamos con la BBQ, en la tele estaban dando un concurso de toda europa, en donde cada país postula un artista. Lo gracioso era que la mayoría de países iban con canciones recontra melosas, tipo Britney Spears, o si fuera en castellano, Luis Miguiel, Alejandro Lerner y todo muy melódico, pero por ejemplo Finlandia, tenía una banda de Metal Alemán, era muy exótico como contrastaban los estilos. Luego había una votación país por país en donde no se podían votar ellos mismos, obviamente. Finalmente ganó Rusia con un figaza cantando y otro maraca haciendo patinaje atrás del pibe. Segundo estuvo Ucrania y tercero Grecia. El conjunto griego para mi gusto era lo mejorcito a nivel melódico, aunque desde ya yo quería que gane Finlandia.
Estabamos en el jardin del edificio de sólo 3 pisos y este pibe vivía en el subsuelo, entonces, para ir al baño, en vez de darle la llave a cada uno, lo mejor era que entren por la ventana ... era un poco bizarro, pero era la mejor alternativa.
Al día siguiente dormimos un poco y nos fuimos a Dillinburg, en donde Rob se iba a hacer un tatuaje, otro más de los tantos que tiene. Llegamos ahí y se terminó de tatuar el brazo derecho y parte del pecho. Mientras a él lo tatuaban yo salí a recorrer un poco la ciudad, que si bien era bastante chiquita, era linda como para recorrerla. El tema del tatuaje tardó unas 3 horas, y de ahí nos fuimos al hospital a ver a un amigo de él. Resulta que este chiquito, se había ido a otra BBQ con unos amigos y familiares y obviamente se tomaron la vida, y tuvieron la genial idea de volverse en bicicleta. La cuestión es que este pibe se la puso mal, cayó directamente con la trucha al piso y se lastimo mucho. Tenía toda la cara estropeada mal, lo mantenían en el hospital para ver si tenía alguna conmoción en el cerebro.
Ese mismo dia, luego de descansar un poco, nos fuimos a una convención de vinos que había. Nuevamente nos encontramos con su novia, que por suerte, hablaba perfecto inglés y nos deleitamos con unos cuantos vinitos.
Köln a pesar que fui tres veces no para de sorprenderme, siempre hay eventos muy buenos, socialmente es bastante activa y el hecho de poder estar en Alemania me cae bien de cualquier manera. Así que mientras tenga las chances, voy a seguir yendo.
El martes tenía que arrancar muuuy tempranito para viajar a Bristol y encontrarme nuevamente con la gente de True Clairty. Los cuales me supieron alojar el año pasado como tester por 4 meses. Ahora las reglas del juego eran distintas, acá iba como PM, a poner la caripela y ver que onda.
El viaje a la oficina fue un periplo épico. Primero, subte hasta London Paddington (unos 40 minutos), luego, encontrar el tren que vaya hasta Bristol Temple Meads (media hora de espera), tomé el tren (hora 45 de viaje) y luego desde Bristol Temple Meads, otro tren hasta la estación Keynsham (solamente 6 minutos) y luego de eso, caminar casi los 2 km que hay desde la estación de tren hasta la oficina.
De más está decir que llegué hecho pomada, no servía para nada. Igualmente, la vuelta a True Clarity era bastante esperada por mí, tenía ganas de ver a Dave y a Conrad, dos flacos que se portaron de 10 cuando yo estuve ahí. Dos personas que valen la pena, y con esas personas, prefiero mantenerme en contacto.
Llegué a la oficina, que en realidad, no es la misma que había visto yo, era nueva, cuando yo el año pasado me fui, esta la estaban construyendo, ahora está totalmente operativa. De afuera luce mucho más grande, pero por adentro están apretujados como lo estaban antes. No sé en qué están usando el espacio. Me saludé con todo el mundo y directamente me puse a laburar. Tenía algunas cosas muy pendientes.
Al mediodía, obviamente, nos fuimos al pub a “festejar” mi llegada. Tomé agua porque tanta celebración me estaba matando, pero a pesar de eso, fue re bueno poder hablar con los pibes, ver como estaban, qué estaban haciendo y que planes tenían a futuro.
A la noche, obviamente habíamos quedado en salir con todos los flacos, el plan era, nos juntamos en frente del rio y después hacemos Pub Crawl (o sea, pasamos por todos los pubs de Bristol). Nos juntamos en la orilla del rio y ya ahí arrancamos con alguna cervecita y porqué no también una sidra. Dave es hincha del Bristol City, un equipo de mierda, que está en la B, pero misteriosamente está haciendo una campaña fenomenal este año, y el martes jugaban la semifinal (vuelta) de los Play Offs contra los Cristal Palace (parece un nombre de un pub griego). En la ida, BC jugó de visitante y había ganado 2-1, con lo cual, ahora, de local, con un empate estaba. Ver partidos de futbol en los pubs es genial, los pibes se posesionan sin soltar la pinta de la mano. El partido terminó 1-0 ganando los Cristal Palace, con lo cual estaban en empate y fueron al alargue. En el alargue, BC metió 2 goles, siendo el resultado final del partido 2-1 y del total 4-2. ¡La alegría que tenía este pibe cuando terminó el partido! Yo lo puedo entender, porque vivo sufriendo el fútbol, vivo de eso. Lo bueno es que la final ahora se juega en Wembley. Me dijeron de ir, la verdad, estoy bastante tentado con ir a ver al Bristol City a Wembley, nada mal ir a esa cancha, ¿no?
Luego del partido empezamos más con el Pub Crowl, nos fuimos a otro lugar en donde había una mesa de pool. Lo llamativo es que era del mismo tamaño de las de Buenos Aires, por lo general, suelen ser mucho más chicas, con las bolas también más chicas, pero no, ¡estas eran geniales! Así que se armaron los partidos, Conrad no pintó la cara, juega muy bien, aparte las reglas inglesas benefician mucho más al que juega bien, las reglas argentinas emparejan siempre para abajo. Por ejemplo, una de las reglas inglesas es que la bola negra, la podés meter en cualquier buchaca, entonces si vos metiste tus 7 bolas y el otro no metió ni una, las otras bolas no te estorban para meter la negra.
Finalmente fuimos a otro pub llamado MBargo (que supuestamente lo manejan argentinos) por un rato y después a guardarse. Yo me fui a dormir a lo de Dave, quien me cedió su cama. Dormí como un bebé. La única desgracia es que la maldita cortina era re finita y a las 5 AM parecía que estaba durmiendo en la playa del sol que había. Igualmente se durmió poco, pero se descansó.
La salida estuvo buena, seguí hablando con los pibes y nos pusimos todos al día con nuestras cosas. Ahora espero poder hacerlo aunque sea una vez más mientras estoy acá en uk.
Luego de la panzada del domingo, nos fuimos a dormir en la casa de Dean y al día siguiente el plan era ir de nuevo para Woking. Ahí es en donde estaba la oficina de HolidayAutos, con lo cual también me iba a poder reencontrar con Malcolm, Lechu, Yoann y Michael. Con todas las valijas cargadas en el Twingo, arrancamos para Woking, como es la costumbre, pasamos por Guildford y dejamos a Gemma en su trabajo.
El plan era encontrarnos en la oficina y de ahí ir a clavarse un Full English Breakfast. Un desayuno completo británico, es criminal, consiste mayoritariamente en huevos, pueden ser fritos o revueltos, una salchicha, porotos (pero no los pallares, son otros, no sé como es el nombre en castellano, en inglés son los beans), tomate caliente, tostadas, manteca y una suculenta porción de panceta. O sea, después de comer eso, terminás en coma. Yo desde ya que la panceta y la salchicha la dejé de lado por el tema sal, pero el resto, adeeentroo.
Como era de esperar, terminé empachado hasta las manos, pero el show tenía que seguir, así que fuimos nuevamente hasta la oficina, en donde yo supuestamente iba a sacar todas mis pertenencias e irme a Londres. Pero hete aquí que los chicos me dijeron, daaale quedaaate, y como tengo el sí tan difícil, me quedé laburando desde la oficina de HA. A todo esto, también cayó Antuán que tenía que ir no se qué con toda esa gente, así que estaba el salón colmado de celebridades.
Al mediodía, obviamente fuimos a comer a un pub, no podía ser de otra forma. Como yo estaba medianamente llenito con el desayuno inglés, no comí nada, pero sí, me tomé una deliciosa pinta de London Pride. Una buena Ale, cerveza bien rojita y un gusto amargo. Esta vez, si se bebió con mucha moderación.
Al final del día, me tenía que ir de Woking a Londres, a la casa de Antuán, por suerte, estaba él y me dio una gran mano changando la valija. Fue el re tramo, primero, tren desde Woking hasta London Waterloo, de ahí subte una estación y después combinación con otro subte (district line) hasta Stamford Brook. Se tardó, ¡pero finalmente llegamos!
La casa de Antuán está hecha concha, está en obra porque tuvo algunas dificultades con el baño, entonces tenés todo derruido en el baño (apenas se puede usar), luego un desfile de materiales y herramientas en el pasillo del derpa y luego en el living, una cordillera de artefactos. En fin, técnicamente el lunes ya tenemos el boliche arreglado. Espero que sí, porque la verdad es un garrón!
Para cerrar el lunes, qué mejor que cumplir con lo que en algún momento pensé y era “Que bueno sería tomar una pinta con Antuán en un pub de uk”, así que cruzamos la calle, fuimos al pub y misión cumplida. Ahora a descansar, el martes era nuevamente un día agotador.
Me cuesta mucho encontrar tiempo para escribir, porque o estoy trabajando o estoy reunido con gente que no veía desde el año pasado. Con lo cual tengo que aprovechar momentos como este, en el cual estoy viajando en tren desde Bristol hasta London Paddington.
La verdad, no me puedo quejar, vengo a Inglaterra y me encuentro con mucha gente que tiene ganas de verme y me invita a todos lados. Yo desde ya, no desaprovecho esas oportunidades (fiel a mi génesis) y voy a todos lados.
El domingo llegué luego de un fastidioso viaje y pasada por migraciones a Heathrow,en donde estaba Dean esperándome. Nos subimos a su nuevo twingo rojo y me llevó a su casa. Llegué me bañe y caí desmayado, dormí unas cuatro horas. Luego fuimos con Dean y Gemma a un pub exótico que tenía un jardín espectacular, como el día estaba lindo, buena temperatura, re daba para estar ahí echado tomándose algunos elixires que le dan sentido a la vida.
El pub muy bueno, si bien la selección de cervezas y sidras era más limitada de lo que esperaba, no demoré en pedirme una pinta de una cerveza Ale del barrio. No recuerdo el nombre, muy mal de mi parte, lo sé. Luego de esa cervecita se le sumó una media pinta de Leffe. Es una cerveza que ahora en Buenos Aires se está viendo seguido en los supermercados y tiene un gusto único y muy particular. Es muy rica, pero no podés tomar más de media pinta, te knockea. Como se hizo medio de noche aprovechamos y cenamos en el mismo pub. Dean estaba con la garganta caliente y se pidió un tubo de tinto hecho en Sudafrica. Muy buena elección, era muy buen vino. Yo ya con mi pinta y media estaba listo, así que del vino no probé mucho más que unos tragos. En Inglaterra, los domingos existe una comida típica que es la Roast Dinner que consiste en algo hecho al horno, que puede ser jamón, carne o pavo y a eso le agregan algunas verduras hervidas, puré de papa, un pedazo de maza que tiene no se qué nombre que sirve de pan y otro cacho de pan con condimentos muy bueno. Toda la comida, bañada en Gravy. Gravy es una salsa típica inglesa que es como un líquido viscoso color marrón (leyendo la misma descripción que yo pongo, se vería espantoso) pero tiene sabor a jugo de carne que le da un gusto fabuloso a las cosas. Las roast dinners ya las había probado en otra ocasión y siempre me gustaron, de hecho, cuando vivía en Camberley, soliamos ir a un boliche llamado The Tobey’s Carvery que se especializaban en eso. Uno podía entrar, podía comer de las tres cosas, jamón, pavo y carne y después las verduras eran libres, te podías servir las veces que quisieras.
Luego de la cena matacaballo, nos fuimos para la casa de Dean nuevamente,cuando llegamos, sacamos a Jody a pasear y luego a guardarse. Estaba nuevamente fusilado y el día siguiente no parecía ser liviano para nada.
Haberme encontrado nuevamente con Dean me produce un placer inenarrable, es una excelente persona y me alegra poder mantener su amistad a pesar de la distancia y que nos vemos re poco.
Nuevamente estamos escribiendo desde el territorio Europeo. ¡Cómo me gusta Europa! es una cosa de no creer, vengo y me quedo forever, pero siempre tengo ganas de estar acá. La verdad es que Inglaterra es mi segundo hogar.
El viaje fue demoledor, estoy bastante cansado a pesar de haber dormido unas cuantas horitas en la casa de Dean. El vuelo estaba dividido en dos partes, primero desde Buenos Aires hasta San Pablo, operado por Lan y luego desde San Pablo, hasta Londres, operado por British Airways. El viaje por Lan muy tranquilo, inmejorable diría, un detalle nomás cuando aterrizamos, que el piloto debe haber pensado que la pista estaba 10 metros abajo de lo que realmente estaba, porque nos pegamos un palo contra el piso que hizo que una parte del techo se desprendiera y se cayera.
Luego de 3 horas y monedas en San Pablo, abordamos el avión de British Airways y cuando ví como venía la mano me di cuenta que iba a viajar prensado, cagado de calor y sin chances de moverme mucho. Efectivamente, me cagué de calor y para tratar de dormir ahí en el avión fue una tarea de lo más compleja. Dormité algunas horas, pero claramente no fueron suficientes.
Luego de muchas horas, llegamos a London Heathrow y empecé a caminar para la parte de las Migraciones. Cuando llego a la zona había solamente 400 personas en una cola ... Me como una amanzadora de como 40 minutos haciendo cola, llego al puesto de migraciones y me agarra un flaco que me dice que mi pasaporte tiene discrepancias. No me explicaron qué discrepancias eran, pero lo mandaron a revisar. Me sentaron mientras en un cubículo que estaba por ahí y veía como personal del aeropuerto revisaba mi pasaporte con lupas para validar si era falso o no.
Luego de un tiempo de revisarlo, se acerca el flaco que me atendió y me dijo, está todo bien, como vi algunas cosas raras tuve que revisarlas, pero no te preocupes, está todo bien, me selló el pasaporte y listo. Adeeentrooo.
Mi valija ya estaba fuera de la cinta, la encontré y me dirigí a la salida. Por primera vez no me revisan la valija. Salgo y estaba Dean esperándome. Nos dirigimos a su nuevo Twingo rojo y nos dirigimos a su casa. Llegué, baño y a la cama. ¡Estaba fusilado! Por suerte ya estoy recuperado y viendo que hacer en lo que queda de la tarde.
Se viene una cantidad industrial de te seguramente ....