Friday, 25 May 2007

Integrandose al grupo

Hace unos dias atrás, uno de los chicos de la oficina anunció que se iba, que dejaba la empresa entonces empezó a organizar su dia de despedida. Mando un mail y misteriosamente contestó quien sería el CTO de la empresa anunciando que ese día sería el día de salida mensual de la oficina. Basicamente consiste en ir a algún lado y después cenar y posteriormente ir a arruinarse a varios pubs.

Finalmente el fixture fue ir a un parque, después ir a comer comida asiática para luego ir a los pubs. Llegamos en varios autos a un parque que se llama Downs que está en Clifton, barrio de Bristol, a los 5 minutos empezaron a caer los pibes con un montón de cajones de cerveza, sidra y champagne. Pero un montón. Lo que se dice un montón. Instantaneamente que terminaron de changar todos los joncas de chupi, se instalan en el piso y creo que ese fue el último momento que los vi sin un vaso/lata/botella en la mano. Luego de beber en forma no moderada, empezaron a hacer boludeces. En un tiro un flaco saca un barrilete, pero un barrilete jodidamente sofisticado, uno dice barrilete y se imagina las dos varillas en forma de cruz con papel cubriendo las varillas haciendo un rombo y poniendo un hilito de cola. Bueno, esto parecia sacado de ThinkGeek. Era como uno de esos barriletes para hacer parapente que media aproximadamente metro y medio de largo, por medio de ancho y tenía un montón de cordones que convergían en uno solo y luego en una manija para poder manipularlo. El flaco que se iba de la empresa era quien había llevado uno de los dos barriletes que aparecieron finalmente, y sinceramente estuvo alrededor de una hora para poder armalo. Distaba de ser algo fácil de hacer, sinceramente, pero bueno, después se entretuvo bastante remontandolo ... si si .. y los pibes remontaban barriletes ...

Habían llevado otras pelotudeces para hacer más actividades, dos freesbies, un balon de volley (completamente fuera de lugar) y no podía faltar, un balón de fútbol. Ni bien lo vi, no paré de patearlo. Luego que pelotudearon sobremanera con el freesby y con los barriletes, primó la cordura y sugirieron jugar al fútbol. Me anoté de una. Al principio estaba un poco preocupado en saber si los pibes tenían buen estado físico o si me iba a agitar o todas esas preguntas que me puedo llegar a hacer antes de hacer ejercicio. Miré detenidamente los postulantes para jugar y vi que el estado físico, decididamente no iba a ser un problema. La mayoría de los chicos decidió jugar al fútbol con una cerveza en la mano, cosa que hacía que corran con cuidado para que no se les caiga. Una locura por donde se la mire, pero ¡me convenía!

Iban a armar los equipos, no tenían ni idea como dividir, uno sugirió que sea por el color de las remeras (una atrocidad) y otro finalmente empezó a dividirlos. Armamos los teams y empezamos a jugar. Yo fui al arco y afortunadamente pude aguantar todo el cotejo sin problemas. El estado de estos chicos es lamentable, Bergara Leumann en silla de ruedas los baila, los tipos no tenían timing, no corrían, no miraban la cancha, no sabían que hacer con el balón, una locura. Yo del arco salía jugado y parecía Messi ... cuando todos sabemos que yo no me destaco por la destreza con la pelota.

Luego del interesante partido, fuimos a cenar a un restauran asiatico, que no se porqué hacía un calor inexplicable ahí adentro, a pesar que había aires acondicionados. (Completamente de adorno). Pidieron unas comiditas y llegó un bowl con color mostaza y dijeron "Es pollo al curry". Lo probé. Casi me muero. ¡Lo picante que era esa salcita! ¡Por favor! Estos tipos tienen el paladar forrado de amianto, no puede ser que morfen esas cosas naturalmente como si fuera un sugus de ananá. Una locura por donde la miren, traían más cosas y ¡eran aún más picantes! Afortunadamente, el picante mermó, pude cenar tranquilamente y saciar mi hambre.

Luego de eso, desde ya que fuimos a un pub. A todo esto, los pibes ya se habían chupado medio Oktober Fest, pero llegaron al pub como si nada, y empezaron a pedir una pinta de birra atrás de otra. Yo me fui a eso de las 23:30, pero ellos siguieron como hasta las 02:00. Hoy a la mañana estaban completamente desfigurados, los flacos cayeron a eso de las 11 am y ni siquiera podían mirar fijo la pava para poder hacerce un te reparador.

Si bien no comparto mucho el tema de chupar hasta arruinarse así como lo hacen por deporte, la salida estuvo genial, porque me permitió interactuar con los demás pibes y poder charlar un poco, contar como son las cosas por acá y saber en qué andan ellos. ¡Espero la próxima salida del mes que viene ansiosamente!

Sunday, 20 May 2007

Historias Minimas

Esta vez no tengo así una historia base a contar, sino algunas cositas que nos fueron pasando en la estadía de acá en Bristol que me gustaría contar.

Historia Mínima I - Anginas.
Como ya en algún momento he comentado, vengo con anginas desde Grecia. La venía piloteando, me venía doliendo, en Turquía había comprado antibiótico, lo había tomado, pero no había hecho el tratamiento como dios manda. Entonces llegado a Inglaterra me empezó a doler y a doler. La venía piloteando con aspirinas, pero el dolor no cedía y cada vez era peor. Como para comprar amoxidal en Inglaterra necesitás receta de un médico, me daba mucha paja ir al médico para que me recete algo que ya se que necesito. Visto y considerando que ya no la podía bancar, decidí pedir un appointment en el doctor, para pedir dicho appointment, tenía que llamar al seguro médico de Buenos Aires, quienes ellos, viendo el tipo de seguro médico que yo tenía, iban a llamar a algún lugar, teniendo en cuenta dónde nos ubicábamos nosotros, para que me atiendan. Luego de varios mails y llamadas telefónicas, tenía la cita con la doctora Rebecca Rock al día siguiente. Con la Negra fuimos y bueno, la tordo me entra a revisar y me hace la pregunta fatality: ¿Tenés antecedentes médicos?. Y si, y tengo una bocha ... entonces empecé a explicarles de todas mis patologías cardíacas, pero por suerte se pudo llevar. Misteriosamente la tordo me recetó antibiótico, compré los antibióticos y a las 2 horas el dolor desapareció. Ahora me quedan 3 días de tratamiento y listo. ¡Procuraré no tomar esta vez el amoxidal con cerveza!

Historia Minima II: Foneta
A quien voy a engañar, me encantan las pelotudeces. Uno viene acá a Inglaterra y tiene ciertas facilidades para adquirir electrónicos. Cada vez que vengo acá, vengo sin teléfono, así que por lo general, mi primer objetivo es un celular. Siempre arranco con perfil bajo diciendo, no, necesito algo modesto, solamente para poder hablar, no lo quiero con muchas forradas, pero ¿que termina pasando? me compro algo repleto de boludeces y super copado. Esta vez fue el caso del Sony Ericsson W810i (foto) que compré en un local de Phones 4 U que me lo vendieron desbloqueado y bajo la network O2. El teléfono tiene Walkman, radio, cámara 2.0 megapixels, bluetooth, infrared, flash y unos auriculares excelentes como los features más valiosos. ¡Todavía no hablé con nadie! Así que no puedo decir que tan bien se escucha, que es en definitiva para lo que uno usa un teléfono. El walkman es maravilloso, muy funcional y aparte pude solucionar el tema que la batería de mi iPod se hizo puré. De esta forma, en un solo dispositivo tengo todo lo que necesito.

Historia Minima III: Librería
Hoy salimos a caminar con la Negra y pasamos por una violenta librería en donde tenían la parte de turismo impresionamente abastecida, tenía principalmente una góndola entera en donde yo calculo que habría unos 500 volúmenes de guías de turismo de todo el mundo. No me podía despegar de ahí, tenían de todos lados, es buenísimo, acá la gente puede viajar y tenés una guía para ayudarte a armar el viaje. Había otra góndola con menos volúmenes que era solamente del Reino Unido, infernal tambien muchas zonas que mostraban exploraciones hechas por distintas editoriales de turismo. También había una gran cantidad de libros de gente que hablaba sobre turismo, ¡espero prontamente tener el mio! Y por último, mapas, había calculo unos 300 mapas de todos lados, zonas, paises o continentes agrupados. Pude conseguir el mapa de todo el mundo, que era el que estaba buscando, también de Michelin, ¡es buenísimo! ya me pondré a clavar chinchecitas por donde hemos estado.

Wednesday, 16 May 2007

La Granja

El nombre de este post lo pensé de maneras innumerables y cosa que no me suele pasar, encontré alrededor de 5 nombres que le caben perfectamente, como no quiero quedar bien con uno solo, simplemente lo nombro “La Granja”.

Como muchos de ustedes ya saben, llegué a Inglaterra y anclé en Bristol en donde empezaba con un nuevo proyecto, era una empresa de 20 personas aproximadamente en donde necesitan hacer algunas tareitas de calidad.

El cliente en sí no queda directamente en Bristol, está a una estación de tren de distancia, llamada Keynsham, que son sólo 6 minutos de distancia con Bristol. ¡Una bicoca! El primer día que voy para la oficina, que solamente tenía el nombre de la empresa, requirió un poco de investigación previa de cómo llegar. Por suerte existe Google Maps y la red de trenes inglesa está fabulosamente documentada quienes me proveyeron la suficiente información para llegar. Era muy simple, tren en Bristol, 6 minutos, me bajo en Keynsham, camino un toque y llego a la oficina. Un trámite.

Yo a las 12:30 ya estaba con los tamangos listos para salir a la oficina, me acerco a www.nationalrail.co.uk y me dice despiadadamente que el próximo tren es a las 14:05. Llamando al cliente para explicarle que estaba varado en Bristol. Intento averiguar para ir en bondi, pero no, me dicen que tarda como una hora. Pregunto por un taxi, son 6 minutos de tren, cuanto me pueden cobrar … me dicen 60 pounds … me senté a esperar que sean las 14:05.

Llega el humilde tren a la plataforma 9 de Bristol Temple Meads y me subo ávidamente esperando llegar. Luego de clavados 6 minutos, llego a la estación. Bajo. Miro. La estación de Ciudadela (con todo el respeto que se merece) parece New York al lado de esta. Miro y no había ni media indicación para donde ir. Busco el nombre de la calle, no estaba en ningún lado. En eso, un humilde señor se aproxima y lo atoro preguntándole por la calle que buscaba. El viejito me dice “Uhm, no, mirá, yo hace años vivo acá y jamás escuché el nombre de esa calle”. Fatal, me fui a la mierda, no se en que parte del mapa estoy. Todos los cálculos que hice tirados por la borda. Entonces en un acto desesperado, le digo, pará, te muestro la dirección entera. Busco animosamente la dirección en mi cuadernito Google y la encuentro. El flaco la lee y dice … “Ahhhh, avisáaaaaaaa, sí, es esta calle, pero no se llama así como tenés vos, se llama de otra forma”. El pulso me volvió al cuerpo. El flaco, mostrando su generosidad inglesa me dice: “Mirá, yo voy para ahí, te chango que tengo el auto acá”. Ni lo dudé, me subí al auto. El flaco empieza a manejar por una ruta que no hay nada a la derecha y no hay nada a la izquierda. Pero cuando digo nada, es nada, pasto, algún río que cruza, y ovejas, muchas ovejas. A lo lejos se divisa una estructura con forma marcada a granja (foto a la derecha). El establecimiento cada vez más cerca y cuando llegamos al lado, el flaco se manda por la tranquera, si si, tranquera, y entra a la granja. Había un cartel que decía unidad 10 – 19 (yo iba a la 17) así que el flaco me dejó en la puerta.

Me bajé del auto agradeciendo al señor, y justo unos segundos antes que el cliente se me tire de cabeza, observé el panorama (foto). Eso era una granja reciclada a oficina. Mires para donde mires hay ovejas, pero no están lejos las ovejas, fisicamente podés interactuar con las ovejas del vecino que están a 3 metros. No hay vida humana aproximadamente una milla a la redonda. Estoy aislado, pensé. ¡Y los chicos se quejan de Costa Salguero!. No tienen escrúpulos.

Sale el cliente, empezamos a hablar y me preguntó si era esto lo que yo esperaba, claramente mostré cara de sorprendido y menciono así al pasar como que es la primera vez que desde una oficina en la que trabajo se ven ovejas.

Al día siguiente, me muní con la cámara de fotos y dije, esto hay que documentarlo, así que fui sacando fotos del trayecto a la “oficina”.

Algunos puntos de color: Estaban discutiendo si salían a producción o no en base a los bugs abiertos que había y de fondo se escuchaba “Beeeeeeeeehhhhhhhhhhh” “Beeeeeeeeeeeeeeeeehhhh”. Parecía un Oveja Parade.

La verdad, que tiene muchos puntos positivos, más paz no puede haber. No me puedo gastar guita en boludeces porque no tengo en donde hacerlo. Si quería un lugar tranquilo para trabajar, lo he conseguido.

Sunday, 13 May 2007

Enigmáticas Cuevas en UK

Luego de nuestra última entrada a Uk, Dean nos había ido a buscar a Heathrow para ir a alojarnos a su casa nuevamente, y el plan según habíamos pensado, era en que ellos (Dean y Gemma) se tomaban el día en el laburo y nos íbamos para Cheddar a boludear un poco.

Cheddar es la ciudad de donde lógicamente nace el Queso Cheddar, y si bien no es muy grande ni nada menos, tiene sus encantos.

Al día siguiente nos levantamos tempranito y nos subimos a la Santa Fe de Dean y nos mandamos para Cheddar, luego de casi dos horas de viaje en el monstruo que tiene por camioneta, empezamos a divisar un acantilado que daba a la ruta, bastante alto, era como que la montaña se había partido en dos y en el medio pasaba la ruta, era muy pintoresco. La ciudad en si, es muy chiquita y muy antigua, se pueden ver casas que tienen arriba de 200 años como si nada, todas hechas en piedra, bajasy desgastadas, denotando su edad.

A Cheddar se puede ir por 3 cosas basicamente:
1. Ir a conocer el queso que fabrican ahí
2. Ir a conocer las cuevas donde inicialmente se almacenaba el queso
3. Hacer escalada en roca

Desde ya que la 3 la descartamos ipso facto, y nos dedicamos a explorar las primeras dos opciones. Hay una fábrica de queso a la cual uno puede acceder y ver cómo se prepara todo el queso cheddar, basicamente hay un tipo en una pecera laburando y otro tito de afuera de la pecera te explica qué demonios es lo que está haciendo. El proceso en sí es bastante simple, solamente ponen leche, le agregan una bacteria, lo filtran, lo fragmentan, lo prensan, lo vuelven a fragmentar y luego lo vuelven a prensar. Eso de fragmentarlo al principio es la característica del queso cheddar, que es como que lo airean y eso le da un sabor especial. Después de eso, lo ponen en una heladera a madurar. En la heladera puede estar desde 6 meses hasta 18 meses, dependiendo el tipo de queso que se quiera hacer.

Cheddar, como mencioné antes, está insertado en montañas; misteriosamente un muñeco decidió ir más allá y en las montañas encontró un montón de cuevas subterraneas, esas cuevas inicialmente fueron las que se usaron para almacenar y estacionar el queso, ya que en la cueva siempre hay la misma temperatura y la misma humedad y aparentemente es propicio para que el queso tenga ese sabor increible.

La historia del queso viene de un accidente, como muchas cosas del mundo moderno, un boludo, se olvidó en la cueva una porción de leche y cuando lo volvieron a encontrar ya casi estaba hecho queso. A partir de ahí mejoraron el proceso y lo adoptaron.

Lo bueno de Cheddar es que la historia de la cueva y del queso se mezclan, pero arrancaron por partes distintas, así como alguien se olvido queso en la cueva, hubo un tipo, quien creyó en encontrar algo más en las cuevas y dedicó mucha parte de su vida a la excavación, hasta que luego de casi 8 años encontró una gran parte dentro de la montaña en donde se pueden ver estalactitas, estalagmitas y columnas, que se formaron con el paso de los miles de años. La cueva hoy en día está refaccionada para turistas y el recorrido es buenísimo, inclusive podés ver en ciertos lugares en donde todavía, la empresa esta que fabrica queso, aparte de almacenar en su heladera, tiene quesos almacenados ahí.

Cheddar es un buen lugar para ir por un día, es complicado llegar ya que solamente es por auto o por excursión y tiene esa mística de dos historias que se mezclan y que hacen a la historia de la pequeña ciudad.

Tuesday, 8 May 2007

Update Masivo

Gente,

He subido 8 posts juntos que tenía escritos, pero como no tenía internet no los podía subir. Hoy ya desde la casa de Dean en Inglaterra, puedo publicar todo lo que tenía pendiente. Me quedan algunos más por escribir que están en camino.

Importante, tengan en cuenta de leer de atrás para adelante, ya que están escritos cronológicamente, el primero que deben leer es el ¡Christos Anesti! y el último es Expreso de Media Noche.

¡No se pierdan ninguno de los 8!

¡Gracias!

Expreso de Media Noche

Caía de maduro que iba a usar el nombre de esta película para hablar sobre Estambul, ya que la película transcurre ahí. Llegamos al hotel como conté en el post anterior y como no teníamos la habitación lista, decidimos ir a pasear un poco. El hotel estaba bastante bien ubicado y a sólo unos minutos caminando íbamos a tener a disposición las mezquitas, que iban a ser las protagonistas de esta ciudad. A poco de caminar, nos topamos con la Mezquita Azul, que sinceramente no sé porqué le dicen Azul ya que de azul no tiene nada. Las Mezquitas son dramáticamente distintas a las iglesias católicas, uno está acostumbrado en una iglesia que haya miles de pinturas, esculturas, imágenes, lamparitas y cosas colgando en forma de veneración de Dios. En la mezquita no hay nada. Solamente alfombra para que vos te puedas arrodillar y adorar a Alá. Para entrar a la Mezquita, pasamos por un patio interno que tiene (otra gran diferencia) y al llegar a la entrada te piden que te saques los zapatos, a algunas mujeres le sugerían usar pollera larga y un manto cubriendo su cabeza. La Negra zafó, pudo entrar de civil sin problemas. La mezquita por dentro, tiene mucho lugar, no está cargada de cosas y uno es como que puede contemplar un poco más su religión. Es mucho menos agresiva que una iglesia a nivel imágenes. La Negra me contaba que a diferencia del catolicismo, el Islam se maneja por las lecturas, que es desde ya del Corán, pero que no veneran imágenes ni nada, solamente creen en la palabra. Eso explica abiertamente el porqué la diferencia en el contenido.

Dentro también se podían apreciar las cúpulas que tiene, que son muchas, en principio contamos 17. El lugar es recontra simétrico por donde lo mires y tiene muy buena iluminación. Nos quedamos bastante fascinados con la mezquita y nos retiramos de ella. Acto seguido fuimos a Santa Sofía, que está en frente (es como la cancha de racing e independiente).

Según me contaba la Negra, Estambul antes de ser Estambul, había sido bautizada por Constantino, dándole el nombre poco egocéntrico de Constantinopla. Constantinopla iba a ser la nueva sede del Catolicismo. Recordemos que Constantino es el inventor del catolicismo. Ergo, Santa Sofía inicialmente era una iglesia católica. No tiene las dimensiones que tiene el Vaticano, pero sí puedo afirmar que es enorme y altísima. A diferencia con la Mezquita Azul, uno entra y puede ver imágenes que quedaron de la época en que era una iglesia católica. Algunas otras fueron tapadas con leyendas del Islam y muy probablemente las estatuas o cosas así las hayan tirado a la mierda.

Es realmente un flash ver una iglesia transformada de religión y mas que nada teniendo todo el dato que me tiraba la Negra. También me contaba que con la cúpula tuvieron bardo, cuando la hicieron, se les cayó y fue un claro ejemplo de prueba y error. Las paredes tienen un grosor de casi un metro para poder soportar el peso que hace la cúpula contra las paredes. De esa forma, la pueden contener y evitar que se venga al bombo todo. Santa Sofía data del años 500 aproximadamente, así que tiene sus cuantos años y se mantiene en pie.

Para finalizar el día, nos fuimos al Palacio Topkapi, que es en Estambul a lo que en Francia eran los chateaus. Ahí paraban los sultanes y ahora lo convirtieron en un museo el cual se puede recorrer y es bastante interesante.

Es imposible no comparar de nuevo con los chateaus. Los chateaus tienen una ornamentación casi obscena, en cambio, los sultanes se ve que tenían fetiches con otras cosas y no con boludeces colgadas de la pared. Una de las primeras salas que se pueden visitar, son las cocinas, en donde también hay una gran colección de porcelana, son casi 10.000 elementos de porcelana que los sultanes usaban a diario con toda su comitiva, que según informan ahí, los que vivían en el palacio, llegaban a ser 5000 personas, más 1000 de servidumbre. Entre las porcelanas que se veían, había varios objetos de la dinastía Ming, o sea, platos y jarros que valen un huevo. Los sultanes eran bastante fanáticos de la porcelana, entonces muchas cosas las mandaban a hacer y otras directamente se las regalaban.

Luego de las cocinas, podemos encontrar la sala de los regalos o de las joyas. Los tipos realmente adoraban el oro y las piedras. Hay expuestas muchas medallas que están altamente sobrecargadas de piedras con rubíes, diamantes, esmeraldas y toda piedra preciosa. Todo era oro con muchas incrustaciones de piedras, pero a un nivel ya grosero. En una de las vitrinas, hay un diamante del tamaño de un huevo duro y cuenta toda su historia, que alguien se los había encontrado en la basura y que después cuando les cayó la ficha que era un diamante, se lo empezaron a disputar, finalmente un sultán lo compró.

Hay más salas que están dedicadas directamente a los sultanes, en donde se puede ver toda la cronología de ellos y muchos retratos. Algunos tenían una cara de turco que se caía a pedazos. Otras salas también mostraban todas las alfombras que los sultanes usaban. El piso para estas personas es súper importante, ya que es en donde adoran a Alá, por lo tanto la alfombra que es desde donde vos lo adorás toma un papel completamente preponderante dentro de lo que son los turcos y el mismo Islam. Como dijo la Negra, los tipos viven el piso de una forma que ningún católico puede entender.

La vista que hay desde el Palacio es maravillosa, ningunos giles estos pibes para elegir el lugar en donde levantar el palacio. Hay muchos lugares en donde los tipos se podían refrescar, lugares llenos de canillas y tinas en donde uno podía acceder al agua. El agua es algo tremendamente fundamental para los turcos, de hecho, nos pareció que hacen un uso a veces bastante holgado de ella.

Había un harem para visitar, pero estaba cerrado, estos tipos debían estar en fiesta todo el tiempo y lo mejor es que lo justifican por la religión.

La verdad que después de Kusadasi y el primer día en Estambul, los turcos merecen mucho más mi respeto del que quizá tenía inicialmente.

No voy en tren, voy en avión

Finalizada nuestra estadía en Kusadasi, íbamos a hacer noche en el bondi para trasladarnos a Estambul, ante un frustrado intento del turco del hotel que nos quería hacer pasar otra noche más ahí y vendernos pasajes en avión para no perder el tiempo, nos acatamos al bondi por cuestión de costos. Un shuttle nos pasó a buscar por el hotel y nos llevó hasta la Terminal de bondis de Kusadasi, el viaje fue corto, pero fue suficiente para meterse por mil callecitas súper angostas y que metían miedito a veces.

Empezó la odisea del bondi, nunca creí que viajar en bondi incluía tantas aventuras como la de este viaje. Había un muñeco al lado del micro disfrazado de muñeco de torta. Muy peculiar su indumentaria, sobre todo para andar en bondi. Intento hablar con el pibe, preguntándole si efectivamente ese era el bondi hacia Estambul, pero comunicarse era bastante complicado, los pibes no entendían un fútbol de inglés.

Cuando intento despachar la valija, el muñeco de torta (de ahora más el tortero) me dice algo así como “Jala Jala” y no entiendo mucho, veo que me lo repite aún más fuerte como si mi problema fuera auditivo, pero sigo sin entender. Acto seguido le dice “Jala Jala” a otro muñeco de la línea de ómnibus y el otro cacha mi valija y la pone del otro lado del bondi.

La Negra andaba con lija, así que había ido a comprar un par de sánguches de cerdo para ir picando. Nos sentamos y nos disponemos a comer y viene el tortero de nuevo y nos dice “Jala Jala”. Obviamente no le entendemos ni medio y el flaco, en un acto de histrionismo sublime hace la siguiente dramatización: Se tapa la nariz y hace gesto como si alguien se hubiera cagado muy mal, al mismo tiempo diciendo “ughhhhh fuchiiiiiii uhg”. Lo entendimos, morfar en el bondi no se puede porque deja olor. Como todavía faltaban unos minutos para salir, nos atoramos con el sanguche abajo, aunque inmediatamente vemos nos tenemos que volver a subir, el micro finalmente partía.

Hicimos 200 metros y la Negra dice, voy al baño, se manda al biorsi, y cuando la Negra esta en el baño, se me acerca el tortero y me dice “Jala Jala”. De nuevo no entendí lo que me quería decir, el tortero llama al otro muñeco, al de la valija, quien le explica la situación y me repite “Jala Jala”. Finalmente entendieron que yo no sabía hablar turco, entonces el tortero entró a atorar a todos los pasajeros hasta encontrar uno que hablaba turco – inglés para poder comunicarse conmigo. Un pibe, macanudo, nos explica que al baño solamente se puede ir cuando el bondi para. Acto seguido, y sin costarnos mucho reflexionamos, ¿para qué mierda está el baño si uno tiene que ir cuando al fercho se le canta y no cuando al aparato digestivo/urinario lo pide? Al toque para el bondi. Me tiré de cabeza al baño porque yo ya veía que después me tocaban 14 horas de ruta al palo y que me moría ahogado en mi propio pis. Cuando bajo raudamente, el tortero literalmente me tacklea y me dice “Jala Jala” y yo le explico que solamente voy al baño. El tortero me larga y finalmente pude ir.

Esta parada fue a los 10 minutos de salir de Kusadasi, luego de esa parada, 10 minutos mas tarde, vuelve a parar y esta vez por 20 minutos. Nos habíamos tomado un bondi lechero fatal, no íbamos a llegar más. Por otro lado, me despreocupé por el baño, porque me di cuenta que cada 10 minutos iba a tener la posibilidad de ir.

Cuando hacemos la parada, nos tomamos un te de manzana mientras hacíamos tiempo, y vemos un joven parburillo que se acerca a la unidad con un cepillo, una manguera y jabón. El flaco se puso a lavar la unidad. Tenían toda la técnica armada, ataron la manguera al cepillo con palo largo y lo frotaban asiduamente contra todo el largo de la unidad. Me llamó bastante la atención que laven el bondi en el medio de un recorrido, pero visto y considerando lo limpios que son los turcos, lo aceptamos.

Terminada la parada, subimos al bondi y el tortero empieza a tirar un monton de líquido a las salidas de aire para mantener el olor rico y que no haya olor a bofe. Se repetía esta situación en reiteradas ocasiones, el flaco tenía como 4 frascos vaporizadores los cuales aplicaba según su criterio. Luego de olorizar la unidad por dentro, el tortero gentilmente ofreció colonia a todos los pasajeros para que puedan olorizarse. La colonia no es lo mejor que tienen, se ponen litros pero es medio chota, ¡lo que importa es la intención!

La Negra ya estaba durmiendo y yo aproveché para escribir más posts y nada mejor que calzarme el iPod para esas cosas. Tal como puse en uno de los post anteriores, nada mejor que Hermética para inspirarme. Estaba cerca del éxtasis escuchando Tu Eres Su Seguridad, cuando viene el tortero y me dice “Jala Jala” nuevamente. Me mira el iPod y se tapa los oídos como si estuviera muy fuerte. Increíble, el tortero este me había retado más veces que mi vieja en toda mi vida. Luego de escribir un rato, el bondi para por millonésima vez en un paraje en el medio de la nada. Vuelven a lavar la unidad. El viaje ya estaba teniendo matices bastante surrealistas, cada minuto era una historia distinta.

Luego de varias horas, llegamos a Estambul. La estación de ómnibus de Estambul es una maraña de calles, dársenas, micros, gente a los gritos con miles de paquetes y negocios que venden de todo. En MyHostelWorld siempre te explican como llegar de varios puntos al hotel pero en este caso la explicación había sido muy pobre. Con la Negra dijimos, bueno, buscamos un puesto de turismo y preguntamos. Patrañas, no hay nada de nada con respecto al turismo en la estación de bondis. Entonces, no quedaba otra que empezar a preguntar. Los turcos que viajan en micro, no suelen ser gente bilingüe y que entienda perfectamente lo que queremos. Finalmente, hablando con otros dos chicos que eran turistas y con otro turco que le ponía mucha onda, había que subirse a otro micro que Dios sabe quien lo ponía y había que ir hasta cierto lugar para luego tomar el metro. Nos subimos al micro más chiquito y no entendíamos nada. No entendíamos a donde iba, por donde iba, en donde terminaba, en donde paraba, nada. Luego de andar unos 5 minutos, aparecen carteles que dicen Sultanahmed, que es la zona por la cual nuestro hotel se hallaba. Así que medianamente respiramos. Misteriosamente, los carteles desaparecieron, con lo que nos empezó a invadir un poco el descontrol. Hablo con otro turco que no hablaba inglés, le señalo la dirección y me dice “Jala Jala” haciéndome indicaciones hacia la puerta. Nos bajamos de cabeza.

Encontramos rápidamente el metro y pagamos las 1.30 YTL que cuesta el boleto (aproximadamente 1 dólar) y nos dispusimos a viajar. Llegamos finalmente a la estación de metro Sultanahmed y ahí otra vez a caminar y a preguntar donde corno estaba el hotel. Luego de 20 minutos de caminatas y preguntas para varios lados, llegamos a destino. La experiencia de haber viajado en micro de larga distancia, (que, ojo, a pesar que el tortero me volvió loco, el servicio es impecable, te ofrecen te, agua, café y boludeces 400 veces durante el trayecto, el micro lo tienen limpio como para poder operar ahí adentro y son cómodos) más la llegada al hotel, son cosas que me encanta que me pasen cuando viajo. Hoy celebro no haberme tomado un taxi y que con la Negra nos la hayamos bancado y llegado al hotel por las nuestras.

Confirmado: En Turquía no hay neblina

Luego de la sesión de masajes del día anterior, nos dispusimos a dormir plácidamente en la camita del hotel. Una cama que es sommier y en donde tiene sábanas y acolchado rosa. Convengamos que hay colores que también se pueden poner y no quedan tan figaza. La habitación donde estamos, apunta al este y tiene 3 ventanas, desde ya que no tiene persianas, por lo que a eso de las 7 am, en la pieza había más luz que si hubiera estallado una súper nova. Yo seguía a la miseria con mi garganta, ya no podía tragar nada de lo inflamado que tenía las amígdalas, así que mientras remoloneaba con una suerte de venda que me había hecho para que el sol no me aniquile, me puse como objetivo que iba a parar de boludear con aspirina y paracetamol e iba ir a la caza de Antibiótico para terminar de una vez con esto.

Nos levantamos con la negra y fuimos a desayunar, mientras nos traían el desayuno, me fui furtivamente a la farmacia. Llego a la farmacia y la reconozco porque en la vidriera tenía 3 boludeces con forma de remedio, cuando intento entrar, había una mesa, con un montón de tierra, tapada con una sábana, unas sillas desacomodadas y nadie adentro. En eso una mujer anciana se me acerca y me dice que la farmacia estaba abierta. A los 3 segundos veo un turco que viene corriendo de una manera “Hijo del Viento” a venderme. Le pedí antibióticos, me los dio, lo tomé, misión cumplida.

Vamos a hacer una reseña aparte sobre la cualidad de los turcos con respecto a los negocios. Lo llevan en la sangre, son increíblemente diestros con el comercio, no se pierden una venta ni por casualidad, siempre le buscan la vuelta, son aparte súper simpáticos y te dan charla para que vos entres a sus locales y los veas. Nos pararon mi veces y nos dijeron de dónde éramos, cuando decíamos de argentina, se miraban sorprendidos y nos preguntaban que demonios hacíamos tan lejos de nuestro país. Hace unos años, cuando uno decía que era argentino, el extranjero siempre respondía con “¡Maradona!”. Los tiempos han cambiando, hoy nos dicen: “Maradona … kaput …” o bien, nos dicen “¡Messí!”. Muchos de los comerciantes nos empezaron hablando en francés o en italiano, pero sobre todo en francés. No tengo ni idea porqué, porque la verdad es que ¡ni nos parecemos a los franchutes!

Luego del desayuno, hablamos con el muñeco del conserje y le dijimos que queríamos ir a Efesus. El flaco nos dice, tenés dos opciones, una, te lleva una combi, que te cobra €6 por muñeco ida y vuelta o te llevo yo, que te hago el re circuito y te cobro €30. Con la Negra nos miramos y le dijimos … preferimos las combis, hay mucha diferencia. El flaco nos dice, bueno, ¿cuanto quieren pagar por el viaje? Visto y considerando lo personalizado y que el flaco nos llevaba, nos iba a buscar, y nos llevaba a otro lado, cerramos en €20. Llegamos a Efesus y la temible plaga aparece de nuevo. ¡Sí! El lugar estaba atestado de chinos, algunos con barbijo, otros con guantes y otros con paraguas para protegerse del sol. Había mil tipos tratando de hacerte de guía y explicarte cada piedra su significado. ¡Ah! A todo esto, el flaco del hotel, también nos había “cedido” en la negociación, una guía de Efesus, así que a medida que caminábamos podíamos consultar qué era lo que estábamos viendo.

Efesus es lo que queda de una ciudadela que construyeron los romanos cuando invadieron Turquía, es increíble, los tanos tenían el mundo en sus manos y ahora son unos colgados. ¡Cómo se dejaron estar! La ciudadela está bastante más en pie que cualquier otra que haya visto hasta ahora, se ve que no hubo muchas guerras, terremotos o simplemente que no usaron el mármol para hacer mesadas. La imagen típica de Efesus es la Biblioteca del Celsius, es imponente, muy alta y tiene un detalle en la ornamentación que debe haber llevado años hacerla. Existen aparte dos anfiteatros, mini templos y hasta baños. Los baños son como una hilera de inodoros que dan a una fosa. Es bastante más fácil que vean las fotos que termine de explicar esto.

Luego de Efesus, salimos a hacer la calle de Kusadasi, fue en donde nos topamos contra todo tipo de vendedor que nos quiso vender de todo y hasta nos dimos el gusto de comprar algunas cositas para nosotros, una pipa exótica, un juego de te, típico de acá y te de manzana, todo esto, regateado salvajemente por la Negra. El precio inicial, era de 65 Liras turcas y terminó siendo de 42 … se ve que misteriosamente le agregan un porcentaje para quedárselos ellos.

Kusadasi está muy lindo, es lindo para caminar, para comprar, para consumir y para conocer Efesus que es una belleza. Es un buen punto de partida. A nivel paisaje también es un caño, el puerto es bellísimo y tiene en el horizonte muchos morros con casitas de colores edificados sobre sus laderas. Por el momento Turquía no para de sorprendernos para bien. Un destino totalmente recomendable.

Jala Jala

Vamos a hablar un poco de Turquía, el nombre del post está en conmemoración al Turco García quién se tomó el mote de turco porque cuando pedía la pelota decía “Dejala Dejala”, pero lo decía de una forma abreviada y parecía que decía “Jala Jala”.

Hoy hemos llegado a Turquía y fueron un sinnúmero de emociones juntas. Fuimos desde Samos (Grecia) hasta Kusadasi que demoró hora y media. Cuando bajamos de la embarcación aparece un muñeco diciendo que el “derecho de admisión a Turquía” es de €10 por persona. Una locura, fuera de programa por donde lo mires. Aparte, el flaco iba levantando la guita sobre la marcha, nada de tener un puestito, o darte un recibo, era como si estuviera levantando quiniela. Nosotros no teníamos Euros, así que le dije que tenía solamente dólares, el flaco me dijo, vengan, mientras sea guita, dame. Misteriosamente le terminé pagando 20 dólares en vez de 20 euros. El procedimiento era tan turbio por donde se lo mire, que creo que el pibe ni se hacía problema si yo le pagaba 20 pesos. En la salida del puerto, nos estaban esperando dos muñecos que no sé exactamente porqué estaban ahí, pero estaban y nos changaron al hotel.

Los tipos re macanudos, el hotel está bárbaro, la habitación es enorme, tiene aire, heladera, una cama grande, baño súper amplio, secador de pelo y unas cortinas y alfombras muy buenas. Todo esto por €15 la noche por cabeza. Ni bien llegamos, nos atoró uno de los turcos y nos dijo si queríamos ir a experimentar los baños turcos, que ellos tenían como una “excursión” en donde te daban sauna y después te masajeaban. Nos miramos con la Negra y dijimos que sí. Un muñeco nos pasó a buscar en un auto y nos llevó a un boliche de dudosa procedencia. Entramos y nos dice, pónganse en bolas y tápense con estas toallas. Nos pusimos en culo y nos cubrimos con esas toallas, que más que toallas parecían alfombras persas. De ahí, acto seguido, nos fuimos al Sauna. Mil millones de grados, había un termómetro que acusaba 85 graditos Celsius. Un montón, para mi gusto. En el medio de la sesión de sauna, el flaco entró con dos tés de manzana (en vez de tomar birra, o daikiri … té de manzana) La comunicación con estos chicos, no era una charla muy clara, ellos me hablaban en semi turco e inglés y nosotros contestábamos como podíamos.

Luego del Sauna, salimos sumamente chivados y nos llevaron a otra habitación en donde era fácil remontarse a la época del imperio romano. La sala estaba cuasi sellada y era toda de mármol. Tenía algunas columnas de color más grisáceo con capiteles. Había varias tinajas que rodeaban la sala y en el medio como una tarima, todo de mármol, repito. El ritual, consistía en que primero, usando unas basijas que estaban ahí, con el agua caliente que salía de las canillas que daban a las tinajas, nos enjuagamos, para luego, empezar con una exfoliación.

Un muñeco, que se metió en el medio del baño, quien nosotros pensamos que era otro cliente, ya que estaba desnudo con toallita como nosotros, nos incitó a relajarnos y después nos cayó la ficha que era él quien iba a empezar con la exfoliación. El flaco no hablaba ni turco, así que solamente por las señas nos manejamos. La Negra se acostó y el flaco se puso un guante como de cepillo de alambre y entró a rasquetear, vieron cuando en Karate Kid el pibe arranca con “Lustro … Pinto … Lustro … Pinto” bueno, con el guante ese especial y se veía que a la Negra le sacaban pedazos de piel muerta. Para el segundo paso del relax, lo vemos entrar al flaco que nos llevó en auto al lugar (que pensabamos que era un taxi) en culo tapándose con una toalla al igual que el otro turco. El tachero, iba a propinarnos masajes por medio de una técnica jabonosa. El tipo, agarró una funda de almohada, la revolvió dentro de una palangana con jabones, y después, soplando adentro y exprimiendo la funda, sacaba chorros de espuma de jabón que te los propinaba sobre el cuerpo. Acto seguido, a masajear, parecía un kiropráctico, te daba masa, masa y recontra masa, mientras vos estabas tirado sobre el mármol murmurando cosas sobre el placer que te daban esos masajes.

Luego de habernos enjabonado y masajeado a más no poder, nos volvimos a enjuagar y pasamos al “salón” en donde estaba el tachero y el turquito, ya vestidos de nuevo de civil. Nos volvieron a dar té de manzana, que se veía drásticamente distinto al anterior, o sea, no se que mierda tomamos.

La verdad, es que llegamos y desde que entramos no paramos de hacer cosas, sabemos que los turcos te quieren vender de todo a toda costa, pero la verdad es que los tipos, aparte de querer vendernos, nos ofrecen soluciones en donde ellos salen beneficiados. Unos capos.

Efecto Montaña Rusa

Llegamos a Samos y teníamos el dato que a las 8:30 salía un Ferry para Turquía, era temprano, onda las 7:30 y dijimos que era la nuestra, si pegábamos ese Ferry dormíamos un poco en Kusadasi y hasta podíamos hacer Efesus, estábamos re bien con el timming.

Salgo corriendo para una de las casillas de tickets que hay por ahí y veo un cartel tamaño baño que decía que el próximo Ferry a Turquía salía a las 4 de la tarde (me quise inmolar). Hablando con la flaca que nos vendió los pasajes en Ferry, en un momento nos dice, y porqué no se alquilan un auto por hoy, así por lo menos pueden recorrer Samos, que tiene algunas cosas para ver. Sonaba bien, la isla no es grande, así que teníamos buen tiempo para recorrer. Alquilamos un auto a cuerda, de nuevo, pero nos llevó.

Cuando nos sumergimos en las rutas de Samos nos dimos cuenta que el paisaje era bastante montañoso, y que los caminos por ende iban a ser de cornisa todo el tiempo. Primer escala fue un túnel que se había cavado hace no se cuantos muchos años y que la verdad, era sensacional, tenía una entrada súper angostita, pero después se agrandaba. El túnel tenía varios metros de largo, arriesgo unos 250, el cual estaba iluminado por dentro y aparte, se veían más excavaciones de mucha más profundidad. Nunca nos enteramos de qué era ese túnel, pero realmente era escalofriante meterse, Había momentos en que había zonas bastante húmedas y al no dar la luz solar, el fresco empezaba a predominar.

De ahí nos fuimos a otras ruinas, que tenían algunas columnas y capiteles en un pequeño recorrido que tenía trazado. Era interesante, pero el calor hizo que nos apuremos más a verlo.

Seguí manejando y veo que la Negra torna color verde. Le pregunto qué le pasa y me menciona que tanta subidita, bajada, curva, contracurva, le estaba dando nauseas. Pactamos que si se sentía mal, frenábamos. Hicimos 2 metros más. Se abrió la temporada de pato y la Negra la inauguró. La Negra estaba para atrás, un poco descompuesta y la verdad, es que tampoco teníamos muchas opciones al manejar, ¡ya que era camino de cornisa sí o sí! Hicimos el intento de ir más lento y ser más generoso en las curvas, pero no hubo caso, la Negra de nuevo verde y segundo Pato de la temporada. Nos quedamos descansando como una hora y ahí decidimos seguir camino. Recorrimos algunas boludeces más y devolvimos el auto, ya que no tenía mucho sentido seguir recorriendo ya que era aniquilar a la Negra.

Samos es una isla chica, es más grande que Mykonos, pero aún sigue siendo chica, tiene algunas cosas para ver, aunque no parece ser un destino clave en vacaciones. Nosotros caímos ahí por una mera cuestión de que queríamos pasar a Turquía en Ferry y desde Samos era el lugar. Si a esto le agregamos que la Negra se sintió mal, ¡no fue buen negocio!

Viajero no turista

Mientras estoy en el avión que me lleva de Estambul a Londres, sigo escribiendo posts, son los momentos que encuentro en donde más puedo escribir, y de paso hago tiempo para llegar a destino. Inicialmente Deano nos está esperando, quien nos va a alojar las próximas dos noches en su casa y que también nos sacará a pasear. Sigo escuchando Hermética que me pone pilas para escribir, mientras arranca Sepulcro Civil, se me ocurre que tengo que escribir un poco sobre lo que fue el Ferry a Samos.

Nos pasa a buscar un taxi en el guest house de Mykonos, el cual ya tenía gente adentro y que debíamos compartir. Eramos 5 en el auto, 3 hablando a pleno en Griego mientras la Negra y yo como de costumbre, la veíamos pasar. Estaba bastante fresquita la noche así que como venía con dolores de garganta fatales, me emponché hasta la manivela, habíamos encontrado un gorrito y un cuello de polar que me daban bastante alivio.

El puerto de Mykonos no es algo en donde uno encuentra información sobre su Ferry y los que están por venir o la misma hora que era. Básicamente era un tingladito, en donde la gente se amuchaba adentro para palear el frio. ¡No había ni baño! Pero bueno, era viajar otra vez de noche para reducir los costos nuevamente.

Hay cosas mágicas que le pasan a uno en estos viajes y le pasan justamente por exponerse a experiencias como estos ferries, este caso no fue la excepción, de la nada, aparece un viejito irlandés que se sentó y se puso a hablar con la gente de boludeces, pero instantáneamente se convirtió en el centro de la espera. A los 5 minutos que el flaco se puso a contar historias, éramos alrededor de 8 personas rodeándolo para escuchar los relatos. El viejo tenía algo más de 60 años y era un viajero hace rato, para romper el hielo, arrancó poniendo a prueba a dos chicas que habían ahí, les preguntó si viajaban en camarote, una de las chicas le dijo que sí, el viejo, haciendo alarde de sus conocimientos, le dice, “Seguro que te tocó el camarote 12 B”, la chica, un poco incrédula y otro poco intrigada por la certeza del viejo, furtivamente empezó a buscar su ticket. Cuando lo encontró le dice al viejo “No, es el 112 Z” (nada que ver) a lo que el viejo le retruca “Perfecto, ya se donde dormís, ¡nos vemos a la noche!”

Después de esto, arrancó con cosas que hacía cuando era más purrete, y era lo siguiente, el flaco, se ponía a hablar con algunos yankis y hablando de boludeces, el flaco le sacaba nombre y camarote en el que paraban en algún crucero, luego de eso, el pibe, entraba al crucero, diciendo que era ese yanki y afirmando, sí, paro en este camarote, los tipos del crucero confirmaban el dato y lo dejaban pasar. Entonces qué hacía, como el crucero paraba en tierra firme para que la gente baje y morfe, este flaco, la hacía al revés, esos momentos los aprovechaba para subir al crucero en nombre de otro, morfaba con champagne y delicias y las cargaba a la tarjeta del camarote del yanki que se había parlado. Al yanki no lo veía más y el se iba pipón del crucero luego de haber comido como un animal y de upa.

El viejo también conocía historias de cruceros y mencionaba que una vez, el capitán del crucero se estaba moviendo a alguien y por dejar el crucero desatendido, encalló a la mierda. Se comieron juicios y toda la bola por semejante imprudencia. También contaba sobre el crucero que hacía 2 semanas había encallado en Santorini, y mencionaba que muchos del crucero estaban más preocupados por la guita que perdieron en el casino del crucero que en los daños en sí. Como el barco encalló, la gente cachó las fichas y se fue, y eran fichas que quizá estaban en juego y que se las tuvo que comer la empresa.

En un momento el flaco, a modo de reflexión dice, nosotros, somos todos viajeros, nos gusta la situación hostil y acá estamos, a las 12 de la noche al lado del mar, con frío, esperando un ferry que dios sabe a qué hora llegará pero estamos todos en la misma, hablando y pasando un momento bueno que seguramente luego tendrán para contar. La gente hoy en día paga all-inclusives, se va al Hilton y pierde toda emoción de lo que ser viajero representa.

Por lo menos, que yo vivo el turismo como lo vive este tipo, para mi fueron sabias palabras de un irlandés en el medio de Mykonos, supo pronunciar.

Mykonos – Mucho joven que patea para atrás

Mientras estoy en un bondi que supuestamente me lleva a Estambul, escribo varios post que tengo pendientes, suelo inspirarme en los bondis, aunque en esta ocasión me está costando un poco, porque el fercho está escuchando al palo un partido de fútbol turco y el flaco que relata se re ceba y cuando hay jugada de peligro entra a gritar como si fuera la última vez. Método paliativo 1, vamos a calzarnos el iPod. Listo, iPod calzada, puse En Vivo 1993 de Hermética, un poco de metal del bueno no puede fallar.

Luego de la maldita huelga, llegamos con el ferry recontra temprano y por suerte, tal como lo habíamos acordado con la gente de la Guest House nos estaban esperando en el puerto, nos changaron hasta la Guest House y nos dieron la pieza. Veníamos desfigurados así que nos dispusimos a dormir unas 3 horitas para recuperarnos. En el ferry dormimos poco y nada, y lo que dormimos fue muy incómodo. Cuando uno viaja solamente un fin de semana, se banca el viaje así, pero cuando venís de muchos días de palos como nosotros, ya te cansás un poco y necesitás dormir en una cama.

Mientras la flaca que nos fue a buscar nos llevaba a la Guest House pudimos ver en principio lo que era la isla. Es fantástica, tiene morros por todos lados y las edificaciones sobre los morros son todas blancas, según lo que me contó la Negra, me dijo que eso era, en principio por el tema del calor, que como los colores claro rechazan los rayos de sol, en principio se habían pintado de blanco por eso, pero luego, como vieron que eso atraía turismo y quedaba pintoresco, el gobierno mismo, pide que las fachadas se pinten de blanco y que se haga un mantenimiento de la casa para que la isla siga siendo pintoresca como lo es hasta ahora.

Salimos a caminar luego de haber dormido un buen tramo y vimos todas las casitas blancas que parecen la casa de Páez Vilaró, que está en Punta Ballena, cerca de Punta del Este, en Uruguay, la verdad es que todo el conglomerado de casas blancas hacen que el paisaje de lejos sea muy lindo y aparte, cuando uno lo recorre, también tiene su encanto. Las calles de Mykonos son muy minúsculas, jodidamente angostas, por lo que casi solamente circulan por ahí motos o combis muy chiquitas, que por lo general lo hacen para trasladar mercadería de una parte de la isla a otra. Las calles, aparte de ser angostas, son muy intrínsecas, se cortan por todos lados y es un verdadero laberinto moverte por ahí. La gente aparte, cuelga su ropa recién lavada en la calle y lo hace aún más pintoresco todavía. La fisonomía de la ciudad es casi siempre la misma, las casas son de dos pisos, planta baja es comercio y los otros dos pisos vive la gente, en los comercios podés encontrar todo tipo de souvenier, como ropa blanca o directamente restaurantes. Hay mucho lugar en donde ir a morfar o bien cafés para tener algún tentempié. También en Mykonos hay joda, pero como nosotros no fuimos en plena temporada tampoco se veía demasiado, solamente pasamos por un lugar en donde se escuchaba la música re punchi punchi al palo total.

El primer día como no podía ser menos fuimos a almorzar al lado del mar, una vista más que encantadora, en ese lugar tenían dos grande peceras repletas de langostas y cangrejos que en cualquier momento eran cartera. Ese mismo día, nos alquilamos un Four track y nos fuimos a una playa que se llama Super Paradise, un nombre bastante poco modesto para una playa, pero creímos en su publicidad y fuimos. Había un parador sensacional, no se si ya leyeron mi post de Ibiza, tiene unos cuantos meses, pero soy fanático de los paradores, lo que más me gusta de la playa son los paradores, buena música, tragos y ver cómo se mueve todo. Con la Negra nos pedimos un Tequila Sunrise y un Daiquiri de Frutilla y nos arrojamos en un par de reposeras que te alquilaban por día. La playa estaba muy buena, la arena era un poco gruesa aunque el paisaje hacía restarle importancia a ese detalle. La playa era una bahía que estaba rodeada por morros y había un poco de vegetación, más toda la infraestructura que proponía la misma playa, una sombrillas de paja más las reposeras antes mencionadas.

Esa noche dormimos como angelitos, y al dia siguiente teníamos que hacer el check out, como la Guest House no estaba llena, nos dejaron la habitación durante el resto del día hasta que salga el Ferry para Samos. El segundo día lo usamos para recorrer aún más la pequeña isla, sacar muchas fotos y comer. El circuito era caminar, sentarnos a tomar algo, caminar de nuevo, sentarnos de nuevo y así sucesivamente, disfrutando de la paz que propone Mykonos como isla.

Mykonos es un lugar altamente recomendable, no es barato, pero para quedarse un par de días vale la pena el esfuerzo. Uno encuentra descanso, shopping, buena comida, playa, paisaje, chupi y joda. Una buena combinación, más si le sumamos lo bien que nos trataron los dueños del Guest House que estuvieron a nuestra disposición todo el tiempo, en MyHostelWorld voy a escribir una muy buena recomendación para que las demás personas puedan aprovechar todo lo que la Negra y yo pudimos aprovechar.

¡Christos Anesti!

Este post, está dedicado a los griegos, pero no voy a escribir sobre los lugares que fuimos, sino por cómo nos trataron o cómo son de por sí los Griegos.

La comida lo es todo. Todo pasa por el morfi, se la pasan lastrando y quieren que vos comas en todo momento. Por otro lado, te ofrecen las cosas como si fueran totales manjares comparados al restauran de al lado, y todos los restoranes tienen las mismas cosas.

Gritan, gritan y gritan. Para todo, siempre son gritos, en ese aspecto se parecen bastante a los tanos, que se la pasan gritando. Con los griegos nos pasaba que no distinguíamos cuando se estaban peleando de cuando se estaban divirtiendo, porque siempre era a los gritos puros.

La gente también es bastante hospitalaria, por lo menos con las personas que nos tocó tratar en los hoteles, siempre nos tiraron un centro, pero (siempre hay un pero) la gente de las agencias de viajes era completamente de terror, pero con furia. Nosotros necesitábamos pasajes en ferry para ir desde Pireos (puerto de Atenas) hasta Mykonos o Santorini y de ahí poder ir a Samos para poder cruzar a Turquía. No había manera, entrabábamos a las agencias, y mientras les preguntamos si había disponibilidad, seguían haciendo otra cosa, boludeaban con una computadora o directamente miraban para otro lado ordenando papeles. Es inentendible, vos vas ahí para gastar guita y a los flacos los tiene sin cuidado, pero por completo. Entramos en otra agencia que cuando empezamos a hablar, el flaco a los gritos empezó ¡¡No No NO!! No english. Fin de la conversación. Con la Negra decidimos ir a Pireos directamente a ver si ahí conseguíamos los pasajes ya que ahí estaba toda la crema. Entramos en un par de lugares y de nuevo, nos trataron como el orto, hasta que finalmente encontramos un lugar que una chica muy educada finalmente nos dio las soluciones que estábamos buscando: Ferry de Pireos a Mykonos y después de Mykonos a Samos. ¡No era tan complicado! Pero costó un huevo.

El 1ro de Mayo, que era para cuando nosotros teníamos los pasajes, todos los griegos hicieron huelga de lo que era transporte. Había huelga en todo, estábamos yendo para Pireos, en subte, que te deja a escasos metros de los barcos y cuando vamos a hacer la combinación con esa línea: “Sorry, we are on strike” o sea, estamos en huega, jodete. Con un poco de desesperación, preguntamos como mierda llegábamos a Pireos porque aparte, el tiempo nos apremiaba. Nos tiraron una línea de bondi que nos dejaba ahí. Estábamos en la plaza Omonia, cuando de repente, razzia policial y todos los “inmigrantes” que están haciendo unos mangos vendiendo cosas en el medio de la lleca, todos corriendo al carajo para que la cana no los agarre, al mismo tiempo, la Negra y yo buscando la parada de colectivo. Luego de preguntar, llegamos a la parada, pero hete aquí, que el boleto, se saca en cualquier otro lado menos en el bondi o en la garita del bondi. Tuvimos que ir hasta un kiosco cualquiera que vendía los boletos y finalmente ahí pudimos ir.

El viaje fue de media hora o más, se metió por lugares de Atenas que realmente distaban de ser lindos, pero finalmente llegamos. Cuando íbamos caminando hacia la Gate 9 que era de donde el ferry Marina salía hacia Mykonos, un flaco nos empalma y nos pregunta si somos argentinos. El flaco también lo era y en una cuadra nos contó toda su vida. Se ve que el flaco no hablaba seguido con personas en español y nos quemó la cabeza. El pibe hacía 15 años que estaba en Grecia y ahí laburaba de buscavidas. En un tiro me dijo que se quería poner un taxi en Buenos Aires y me dice, “¿Vos ya manejaste taxi en Buenos Aires?” Lo preguntó como si manejar un taxi en baires fuera parte de la educación. Viene: Primario, Secundario, Taxi y finalmente Universidad. No estábamos muy charlatanes nosotros así que en la primera de cambio nos separamos. Llegamos a la Gate 9 de donde salía el Ferry, cuando nos íbamos acercando ¡El ferry ya estaba ahí y estaba con los motores encendidos! Así que en cuestión de minutos seguramente ya estábamos en camino a Mykonos. Mentira. Había también una huelga y el Ferry que iba a salir a las 17:00, terminó saliendo a las 00:00. Nos lastramos 7 horas de araca ahí en la estación haciendo absolutamente nada. Por suerte había Internet y pude boludear un rato, pero un garrón total.

En el tiro que estoy en Internet y hablo con Sam (un brit que vivió en Grecia), le comento que había huelga, me dice “Ese es uno de los motivos por los cuales me fui de Grecia”. Moraleja, los Griegos adoran la huelga en los días que yo viajo.

Los Griegos son macanudos, nos trataron bien, los de las agencias de viajes no les importaba nada, yo en su momento ya había hecho el mismo descargo con las agencias de viajes argentinas, y charlando con la Negra, me convenció que yo soy una persona bastante compleja de complacer en ese sentido. Después que tengan sus cosas como las huelgas, suele pasar hasta en las mejores familias.

Tuesday, 1 May 2007

Mi gran casamiento griego

Bueno, he llegado a Grecia, increíble destino. Llegamos a las 2:30 am al aeropuerto de Atenas y de ahí nos dirigíamos al hotel. Amigablemente preguntamos a la gente de informes como corno nos dirigíamos al hotel a esas horas de la madrugada. Nos dijeron que tomemos un bondi que “nos acercaba” y que después tomemos un taxi hasta el hotel.

El fercho del bondi manejaba como si tuviera un Formula 1, agarraba las curvas con derrape, y no le importaba nada. Iba a los pedos. A los 2 segundos de estar viajando, nos encontramos con el primer problemita, y es que como el griego no tiene alfabeto, tenés que recordar un montón de letritas griegas aglomeradas que conforman una palabra y eso es el nombre de la estación. Los nombres de las calles parecen ecuaciones o demostraciones de teoremas, me hacían acordar a los momentos en los que estudiaba Límite, Sumatoria o Productoria. Por suerte, tenés las cosas escritas en inglés también, así que con eso la podés zafar. Increíblemente, mucha gente habla en inglés, lo que fue un gran alivio ya que sino sí que estábamos jodidos.

Luego de llegar a nuestra parada de colectivos, nos tomamos un taxi hasta el hotel. Cuando llegamos al hotel, la persona que me atiende, amablemente me dice que la reserva que tenía estaba bien, pero que era para el día siguiente, en conclusión, eran las 4 de la mañana y no tenía dónde dormir. Estábamos fusilados y había que empezar a patear a buscar donde dormir. Menos mal que la Negra se banca cualquier cosa, pero yo pensé que era hombre muerto instantáneamente. Preguntamos en un hotel y no había nada, preguntamos en el siguiente y había habitación disponible ¡Aleluya! Así que nos dignamos a dormir ahí. El hotel era de terror. Sencillamente de terror, pero era solamente dormir, ya que al día siguiente a las 11 podíamos ir a hacer el check in en nuestro hotel. No tenía baño en la pieza y ni se si había agua caliente. La pieza era de terror también, pero estábamos tan cansados que nos acostamos y a la mierda, a dormir.

Al día siguiente por suerte, ya hicimos check in en nuestro hotel y salimos a recorrer. Nuestro primer destino, obviamente, era la Acrópolis Griega. Es una montañita de onda que aparece en el medio de Atenas y que ahí arriba está el Partenón. El recorrido es interesante, se ven muchas ruinas y ni hablar cuando vas llegando, que vas viendo toda la ciudadela Griega. Te vas imaginando como se vivía en ese momento. Los Griegos, por lo que estuve viendo, socialmente estuvieron siempre adelantados con respecto a los demás, fueron los primeros en hacer deporte, inventaron el gimnasio, eran súper pacifistas y a nivel gobierno, inventaron la democracia, que, con todas sus fallas, para mi sigue siendo la mejor forma de gobierno. También tuvieron mucho que ver con las matemáticas y con la filosofía, cosas que se suelen usar más que a menudo.

Llegamos al Partenón y te rompe la cabeza, si bien estaba en reparación con algunos andamios en derredor del mismo y con cosas un poco demolidas, es impresionante, la construcción tiene más de 2000 años y sigue ahí, sigue siendo imponente y sigue siendo maravillosa. La vista que hay desde el Partenón es impresionante, ningunos giles los que decidieron hacerlo ahí arriba. Desde esa cima ves toda la ciudad entera, ¡se ve hasta el puerto! También se ven otras reliquias arquitectónicas añejas.

El primer día fue demoledor, pero nos encantó, la verdad, ¡es un destino para recomendar!