Wednesday, 16 May 2007

La Granja

El nombre de este post lo pensé de maneras innumerables y cosa que no me suele pasar, encontré alrededor de 5 nombres que le caben perfectamente, como no quiero quedar bien con uno solo, simplemente lo nombro “La Granja”.

Como muchos de ustedes ya saben, llegué a Inglaterra y anclé en Bristol en donde empezaba con un nuevo proyecto, era una empresa de 20 personas aproximadamente en donde necesitan hacer algunas tareitas de calidad.

El cliente en sí no queda directamente en Bristol, está a una estación de tren de distancia, llamada Keynsham, que son sólo 6 minutos de distancia con Bristol. ¡Una bicoca! El primer día que voy para la oficina, que solamente tenía el nombre de la empresa, requirió un poco de investigación previa de cómo llegar. Por suerte existe Google Maps y la red de trenes inglesa está fabulosamente documentada quienes me proveyeron la suficiente información para llegar. Era muy simple, tren en Bristol, 6 minutos, me bajo en Keynsham, camino un toque y llego a la oficina. Un trámite.

Yo a las 12:30 ya estaba con los tamangos listos para salir a la oficina, me acerco a www.nationalrail.co.uk y me dice despiadadamente que el próximo tren es a las 14:05. Llamando al cliente para explicarle que estaba varado en Bristol. Intento averiguar para ir en bondi, pero no, me dicen que tarda como una hora. Pregunto por un taxi, son 6 minutos de tren, cuanto me pueden cobrar … me dicen 60 pounds … me senté a esperar que sean las 14:05.

Llega el humilde tren a la plataforma 9 de Bristol Temple Meads y me subo ávidamente esperando llegar. Luego de clavados 6 minutos, llego a la estación. Bajo. Miro. La estación de Ciudadela (con todo el respeto que se merece) parece New York al lado de esta. Miro y no había ni media indicación para donde ir. Busco el nombre de la calle, no estaba en ningún lado. En eso, un humilde señor se aproxima y lo atoro preguntándole por la calle que buscaba. El viejito me dice “Uhm, no, mirá, yo hace años vivo acá y jamás escuché el nombre de esa calle”. Fatal, me fui a la mierda, no se en que parte del mapa estoy. Todos los cálculos que hice tirados por la borda. Entonces en un acto desesperado, le digo, pará, te muestro la dirección entera. Busco animosamente la dirección en mi cuadernito Google y la encuentro. El flaco la lee y dice … “Ahhhh, avisáaaaaaaa, sí, es esta calle, pero no se llama así como tenés vos, se llama de otra forma”. El pulso me volvió al cuerpo. El flaco, mostrando su generosidad inglesa me dice: “Mirá, yo voy para ahí, te chango que tengo el auto acá”. Ni lo dudé, me subí al auto. El flaco empieza a manejar por una ruta que no hay nada a la derecha y no hay nada a la izquierda. Pero cuando digo nada, es nada, pasto, algún río que cruza, y ovejas, muchas ovejas. A lo lejos se divisa una estructura con forma marcada a granja (foto a la derecha). El establecimiento cada vez más cerca y cuando llegamos al lado, el flaco se manda por la tranquera, si si, tranquera, y entra a la granja. Había un cartel que decía unidad 10 – 19 (yo iba a la 17) así que el flaco me dejó en la puerta.

Me bajé del auto agradeciendo al señor, y justo unos segundos antes que el cliente se me tire de cabeza, observé el panorama (foto). Eso era una granja reciclada a oficina. Mires para donde mires hay ovejas, pero no están lejos las ovejas, fisicamente podés interactuar con las ovejas del vecino que están a 3 metros. No hay vida humana aproximadamente una milla a la redonda. Estoy aislado, pensé. ¡Y los chicos se quejan de Costa Salguero!. No tienen escrúpulos.

Sale el cliente, empezamos a hablar y me preguntó si era esto lo que yo esperaba, claramente mostré cara de sorprendido y menciono así al pasar como que es la primera vez que desde una oficina en la que trabajo se ven ovejas.

Al día siguiente, me muní con la cámara de fotos y dije, esto hay que documentarlo, así que fui sacando fotos del trayecto a la “oficina”.

Algunos puntos de color: Estaban discutiendo si salían a producción o no en base a los bugs abiertos que había y de fondo se escuchaba “Beeeeeeeeehhhhhhhhhhh” “Beeeeeeeeeeeeeeeeehhhh”. Parecía un Oveja Parade.

La verdad, que tiene muchos puntos positivos, más paz no puede haber. No me puedo gastar guita en boludeces porque no tengo en donde hacerlo. Si quería un lugar tranquilo para trabajar, lo he conseguido.

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