Tuesday, 1 May 2007

Mi gran casamiento griego

Bueno, he llegado a Grecia, increíble destino. Llegamos a las 2:30 am al aeropuerto de Atenas y de ahí nos dirigíamos al hotel. Amigablemente preguntamos a la gente de informes como corno nos dirigíamos al hotel a esas horas de la madrugada. Nos dijeron que tomemos un bondi que “nos acercaba” y que después tomemos un taxi hasta el hotel.

El fercho del bondi manejaba como si tuviera un Formula 1, agarraba las curvas con derrape, y no le importaba nada. Iba a los pedos. A los 2 segundos de estar viajando, nos encontramos con el primer problemita, y es que como el griego no tiene alfabeto, tenés que recordar un montón de letritas griegas aglomeradas que conforman una palabra y eso es el nombre de la estación. Los nombres de las calles parecen ecuaciones o demostraciones de teoremas, me hacían acordar a los momentos en los que estudiaba Límite, Sumatoria o Productoria. Por suerte, tenés las cosas escritas en inglés también, así que con eso la podés zafar. Increíblemente, mucha gente habla en inglés, lo que fue un gran alivio ya que sino sí que estábamos jodidos.

Luego de llegar a nuestra parada de colectivos, nos tomamos un taxi hasta el hotel. Cuando llegamos al hotel, la persona que me atiende, amablemente me dice que la reserva que tenía estaba bien, pero que era para el día siguiente, en conclusión, eran las 4 de la mañana y no tenía dónde dormir. Estábamos fusilados y había que empezar a patear a buscar donde dormir. Menos mal que la Negra se banca cualquier cosa, pero yo pensé que era hombre muerto instantáneamente. Preguntamos en un hotel y no había nada, preguntamos en el siguiente y había habitación disponible ¡Aleluya! Así que nos dignamos a dormir ahí. El hotel era de terror. Sencillamente de terror, pero era solamente dormir, ya que al día siguiente a las 11 podíamos ir a hacer el check in en nuestro hotel. No tenía baño en la pieza y ni se si había agua caliente. La pieza era de terror también, pero estábamos tan cansados que nos acostamos y a la mierda, a dormir.

Al día siguiente por suerte, ya hicimos check in en nuestro hotel y salimos a recorrer. Nuestro primer destino, obviamente, era la Acrópolis Griega. Es una montañita de onda que aparece en el medio de Atenas y que ahí arriba está el Partenón. El recorrido es interesante, se ven muchas ruinas y ni hablar cuando vas llegando, que vas viendo toda la ciudadela Griega. Te vas imaginando como se vivía en ese momento. Los Griegos, por lo que estuve viendo, socialmente estuvieron siempre adelantados con respecto a los demás, fueron los primeros en hacer deporte, inventaron el gimnasio, eran súper pacifistas y a nivel gobierno, inventaron la democracia, que, con todas sus fallas, para mi sigue siendo la mejor forma de gobierno. También tuvieron mucho que ver con las matemáticas y con la filosofía, cosas que se suelen usar más que a menudo.

Llegamos al Partenón y te rompe la cabeza, si bien estaba en reparación con algunos andamios en derredor del mismo y con cosas un poco demolidas, es impresionante, la construcción tiene más de 2000 años y sigue ahí, sigue siendo imponente y sigue siendo maravillosa. La vista que hay desde el Partenón es impresionante, ningunos giles los que decidieron hacerlo ahí arriba. Desde esa cima ves toda la ciudad entera, ¡se ve hasta el puerto! También se ven otras reliquias arquitectónicas añejas.

El primer día fue demoledor, pero nos encantó, la verdad, ¡es un destino para recomendar!

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